viernes, 22 de mayo de 2009

Los abusos laborales de Wal-Mart en México(2)

"No sé si el fallo de la Suprema Corte vaya a influir en la manera que Wal-Mart se conduce", Shaila Toledo, investigadora de Prodesc.

Para ilustrar el nulo respeto a los derechos laborales de mujeres y menores de edad, Prodesc efectuó una investigación sobre la situación en Wal-Mart, la mayor cadena mundial de tiendas por departamentos y la mayor empleadora privada en México.

El informe "Lo barato sale caro: violaciones a los derechos humanos laborales en Wal-Mart México" concluyó que la empresa violenta derechos en materia de salarios, salud, seguridad, horarios, pagos de horas extras y prestaciones laborales. También impide la creación de sindicatos, bajo la argucia de considerar como "asociados" a sus empleados.

El estudio hace referencia al lema del conglomerado: la tienda de los precios bajos ,y De León subrayó que en un mercado muy concentrado como el mexicano, el comportamiento de Wal-Mart causa un daño especial porque otras empresas, para competir con ella, imitan sus prácticas negativas, bajan sus condiciones laborales y refuerzan la discriminación de género.

Shaila Toledo, investigadora de Prodesc, indicó que las trabajadoras sufren discriminación y explotación, al solicitarles al momento de ingreso una prueba de embarazo y obstaculizarles posibilidades de ascenso.

El reporte da luz a las condiciones en que laboran unos 130,000 empleados de esa firma, que llegó a México en 1991 y que opera 895 tiendas en 141 ciudades.

La investigación se realizó entre junio y julio de 2007 entre 247 trabajadoras en ocho de los 32 estados. Uno de los temas centrales hallados fue el de los bajos salarios, pues 52% de las encuestadas respondieron que su sueldo es insuficiente para cubrir sus necesidades más elementales.

A pesar de que la cadena minorista registra ganancias anuales superiores a los 20,000 millones de dólares, las trabajadoras ganan mensualmente, en promedio, entre 200 y 350 dólares. El salario mínimo en México es de unos cuatro dólares diarios.

Wal-Mart paga a sus "asociados" con dos tarjetas plásticas. Una sirve para retirar el depósito de una parte del salario de un banco, en un sistema que obliga al uso de la red interna de cajeros automáticos de las tiendas, y la otra sólo sirve para adquirir productos en sus propias tiendas mediante los llamados "vales de despensa".

La Suprema Corte de Justicia declaró en septiembre de 2008 inconstitucional la segunda modalidad, al compararla con el sistema de "tiendas de raya", que se aplicaba en las fincas mexicanas en el siglo XIX.

En aquella época, los trabajadores del campo mexicano sólo podían adquirir bienes en la tienda de su patrón y a precios muy altos, lo que propiciaba una semiesclavitud.

El fallo del tribunal sólo beneficia al trabajador que demandó a Wal-Mart y no a todos los empleados de la transnacional. La legislación mexicana no contempla la figura de la acción colectiva, al contrario de Estados Unidos y otros países.

"No sé si el fallo de la Suprema Corte vaya a influir en la manera que Wal-Mart se conduce", dijo Toledo.

Al conocerse el estudio, la empresa lo descalificó al alegar que no era objetivo ni veraz. Además, la firma aseguró que sus "asociados" ganan salarios y prestaciones superiores a los pautados por las leyes mexicanas.

También afirmó que más de 11,600 trabajadoras fueron ascendidas de puesto en 2008, pese a que las encuestas mostraron que las mujeres son discriminadas en su ascenso frente a los hombres y reciben menos salario que ellos por igual trabajo.

La directora de Semillas recordó que muchas empresas internacionales, especialmente del ramo textil, han cortado la entrega de materias primas a firmas que violan los derechos laborales. "Con Wal-Mart se podría proceder de la misma manera", planteó.

En Estados Unidos, donde Wal-Mart opera unos 3,400 establecimientos y emplea a 1.6 millones de personas, enfrenta una demanda colectiva por discriminación de género, el mayor caso en la historia de esa nación.

Aunque Paulina ignoraba cuando entró a trabajar en Wal-Mart que preguntar por un posible embarazo era ilegal, se sintió vejada por esa y otras preguntas personales a las que debió contestar, al igual que al menos la mitad de las trabajadoras de la empresa, indica el estudio.

También ha sabido de mujeres que fueron despedidas, bajo el pretexto de problemas de seguridad, cuando se supo que esperaban un hijo.

Paulina también ha sufrido el ventajismo de los hombres a la hora de los ascensos. "Tengo un expediente perfecto, pero hace cuatro meses eligieron para supervisor a un colega, que ya ganaba más que yo como cajero". "Las mujeres somos mayoría, pero los hombres son los privilegiados", criticó.

Prodesc y Semillas han puesto en marcha programas de información en maquilas y en explotaciones mineras, para que las trabajadoras conozcan sus derechos y se disminuya la proporción de infracciones a sus derechos laborales.

La investigación sobre Wal-Mart descubrió también violaciones a los derechos de los 75,000 menores trabajadores, encargados de empacar los productos adquiridos por los clientes a cambio de propinas, conocidos en México como "cerillos".

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