lunes, 18 de mayo de 2009

Poca ayuda legal en vivienda para discapacitados(1)


Por Alfredo Santana

La vivienda de Patricia Gómez se vio inundada de agua cuando una camioneta Ford SUV dañó una tubería de su apartamento rentado de Sylmar. La gerencia del complejo habitacional donde vivió Gómez, trató de reparar el desperfecto. Al poco tiempo, Gómez tuvo que evacuar el sitio, ya que el agua volvió a anegarlo.

Ella encontró un apartamento de vivienda asequible, tipo hotel en Reseda, cerca del campus de CSUN. Esto sucedió mientras se efectuaban las composturas de la maltrecha tubería. Meses después, en abril 2009, las fallas en su vivienda no habían cambiado. Gómez, quien vive con una discapacidad que le impide caminar, no había considerado consular a un experto legal para obtener consejería sobre su situación de vivienda.

Gómez es estudiante de tiempo complete en el colegio comunitario Mission, y piensa graduarse con un diploma en artes en español. También es madre de una hija de siete años.

“Repararon una vez la tubería. Pero no quedo bien, y al poco tiempo empezó a minarse el agua de nuevo”, dijo Gómez, quien se mueve en una silla manual negra. “Por eso tuve que mudarme. Si vuelvo, solo será hasta que las composturas queden bien arregladas, y no se vuelva a inundar mi apartamento. Para una persona discapacitada es bien dificil tener que mudarse por estos problemas.”

Gómez es una de miles de personas con discapacidades en Los Angeles y sus alrededores que sufren problemas de vivienda accesible, y experimentan situaciones fuera de su control estando establecidas en su hogar, o al buscar hogar. Estos casos las imposibilitan a seguir viviendo en sus hogares regulares.

A veces tienen que lidiar con daños causados por terceros, no tienen fácil acceso a apartamentos cerca de las puertas en edificios multihabitacionales, o no encuentran viviendas disponibles con puertas y caminos de acceso y egreso, o construidas para dar estancia a personas con sillas de ruedas o scooters.

A pesar de estar pagando unos $700 en renta, Gómez indicó que la gerencia de su apartamento regular le prometio iba a componer permanentemente el desperfecto de las tuberías.

Referencia legal
Lani Woltmann, directora del programa pro-bono del Centro Legal para los Derechos de los Disabilitados, (DRLC), mencionó que este organismo refiere a individuos con problemas legales a abogados particulares para que manejen casos relacionados con la vivienda, como el de Gómez. Por lo regular, DRLC solo maneja casos de varias personas que se ven afectadas por un mismo problema, o class actions lawsuits.

Uno de estos casos se refiere al Hotel Alexandria. Este hotel, ubicado en el 501 S. Spring St., en el centro de Los Angeles, fue el centro de una batalla legal donde DRLC obtuvo un fallo a favor para que no desalojaran a más de 100 personas discapacitadas y jubiladas debido a planes de renovación para hacer departamentos y condominios de renta elevada, o gentrification.

El fallo del juez Margaret M. Morrow se dio en mayo del 2008. Todos los inquilinos eran pobres.

Ruben Islas y sus socios, dueños y renovadores del edificio Alexandria, fueron acusados de poner trabas de acceso al hotel, cortar la luz y cerrar suministros de agua para que los residentes evacuaran sus viviendas. Además, ellos estaban recibiendo fondos de la ciudad para asegurar vivendas disponibles y especiales para personas pobres y con discapacidades. Islas y sus socios compraron el edificio en el 2006.

“Ciertamente, nosotros estamos muy interesados en saber de casos grupales donde los derechos de los inquilinos discapacitados hayan sido violados”, dijo Woltmann. “Sin embargo, aún no sabemos de muchos de este tipo de casos”.

Woltmann indicó que ultimamente DRLC se ha enfocado en casos criminales donde personas con discapacidades son encarceladas, y maltratadas por los policías y carceleros al no saber como tratar sus discapacidades, como a los paraplégicos, y a individuos con problemas cognitivos. Woltmann dijo que demandas por violaciones a los derechos civiles de los presos han sido procesadas, ya que ni sus sillas de ruedas son permitidas en sus celdas.

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