viernes, 17 de octubre de 2014

Coctel de violencia, pobreza y narcos en México(1)

Un mural de la escuela normal de Ayotzinapa, Guerrero, México

Las imágenes ocuparon las portadas de los diarios mexicanos: 61 policías estadales, semidesnudos y amarrados, permanecían hincados en la plaza principal de la localidad de Tepatepec,  en el central estado de Hidalgo, mientras los pobladores amenazaban con quemarlos vivos.
Era el 19 de febrero de 2000. El motivo de la indignación de los campesinos era la ocupación por la policía de la Normal Rural Luis Villarreal, en la localidad de El Mexe, y la detención de 176 normalistas (estudiantes de magisterio) que llevaban dos meses de paro por el anuncio del gobierno de la reducción del cupo estudiantil.
Entre aquel episodio y el del lunes 13 de Octubre, en el suroccidental estado de Guerrero, cuando maestros, normalistas y residentes del municipio de Ayotzinapa incendiaron el palacio de gobierno estadal, hay una larga historia de represión y criminalización de los estudiantes más pobres del país: los campesinos que se preparan para ser maestros en las comunidades más marginadas.
“Es un enojo acumulado. Durante años ha habido una campaña contra las normales rurales y un desprecio por lo que hacen. Para la mente del gobierno, son muy caras, y los normalistas siempre tienen que estar luchando por mantener sus escuelas. Y nadie dice nada porque son muchachos pobres”, dijo la investigadora Etelvina Sandoval, de la Universidad Pedagógica Nacional.

Pobreza y violencia en Guerrero
Guerrero es el tercer estado menos desarrollado del país y, paradójicamente, uno de los más politizados. Ha sido cuna histórica de movimientos sociales y hace cuatro décadas fue objetivo protagónico de lo que en México se conoce como “guerra sucia”, una etapa de represión militar contra movimientos opositores que dejó un número aún desconocido de muertos y desaparecidos.
También es uno de los más violentos. Y ahora está en la mira del mundo desde el 26 de septiembre, cuando policías de la ciudad de Iguala atacaron tres autobuses de estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa.
Los motivos del ataque aún son inciertos y, según lo trascendido, entregaron a un grupo de estudiantes al cartel del narcotráfico de los Beltrán Leyva.
El saldo, hasta ahora, es de seis personas muertas, 25 heridas y 43 estudiantes desaparecidos, la mayoría de  primer año.
La masacre abrió una cloaca que involucra al alcalde, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda, ambos prófugos y que, según lo investigado, estaban en la nómina de pagos del grupo criminal.
Además, durante la búsqueda de los estudiantes se localizaron 19 fosas clandestinas hasta este jueves 16, con decenas de cadáveres, en una cifra que sube cada día.
“La violencia indiscriminada contra la población civil que tuvimos en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) se está dirigiendo al movimiento social organizado con el cambio de gobierno. Lo que pasó en Iguala era cuestión de tiempo”, dijo Héctor Cerezo, integrante del Comité Cerezo, una organización especializada en documentar desapariciones forzadas y guerra sucia.
Los normalistas rurales son los estudiantes más pobres del país, que se preparan para educar a los campesinos pobres en las comunidades más marginadas, a las que los maestros urbanos no quieren ir.
Son campesinos, cuya única posibilidad de estudio son estas normales, fundadas en 1921 y que son el último reducto de educación socialista que se aplicó en México entre 1934 y 1945.
En estas escuelas, que funcionan como internados y en las que los alumnos reciben comida y una beca que va de tres a siete dólares diarios, los estudiantes mandan.
Ellos participan directamente en la toma de decisiones administrativas y han establecido redes de apoyo entre escuelas a través de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, la organización estudiantil más antigua del país y acusada con frecuencia de formar guerrilleros.

Por sus filas pasaron legendarios guerrilleros, como Lucio Cabañas, quien en 1967 fundó el Partido de los Pobres, y Genaro Vázquez (ambos egresados de la escuela de Ayotzinapa). También Misael Núñez Acosta, licenciado del centro de Tenería, en el estado de México, quien en 1979 fundó la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación  y fue asesinado dos años después.
Lea Ayotzinapa, página 2

Coctel de violencia, pobreza y narcos en México(2)

Interior de la escuela normal de Ayotzinapa, Guerrero.
Ayotzinapa, página 2
“Fueron creadas para eso, para hacer trabajo político y de conciencia. Son jóvenes muy independientes (en comparación con las normales urbanas) y con una disciplina muy rígida”, explicó Sandoval, para quien las normales “han sido la piedra en el zapato de los gobiernos”.
De las 46 normales rurales originales, solo quedan 15. La mitad fueron cerradas después del movimiento estudiantil de 1968 por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Las que quedan libran una continua batalla desde 1999 para que no las reconviertan en escuelas técnicas. Pero los gobiernos estadales las han asfixiado económicamente, con el argumento de que en el país no se necesitan más maestros de primaria, porque la dinámica poblacional redujo la matrícula.
Como consecuencia, son recurrentes en estas escuelas los incendios u otros incidentes por la precariedad de las instalaciones. En 2008, por ejemplo, el fuego desatado por un cortocircuito en la primera escuela rural en su tipo en América Latina, la Normal Rural Vasco de Quiroga, en el noroccidental estado de Michoacán,  ocasionó la muerte de dos estudiantes.
“Lo que puedo decir es que en las zonas más alejadas hacen falta maestros. Hay comunidades que se quedan sin maestros muchos meses. En algunos lugares los cubre un ‘no maestro’ que trabaja temporalmente en las escuelas, pero sin plaza ni contrato”, afirmó Sandoval.
La masacre de los normalistas de Ayotzinapa, que ha puesto a prueba la política de derechos humanos del presidente Enrique Peña Nieto, encontró un caldo de cultivo en la tensión que provocaron los intentos de los últimos gobiernos por eliminar la escuela.
En enero de 2007, el entonces gobernador Zeferino Torreblanca intentó reducir su matrícula estudiantil y declaró que el objetivo de su gobierno era acabar con la “alumnocracia”. En noviembre de ese año, los estudiantes fueron reprimidos por los policías antimotines por manifestarse ante el Congreso legislativo estadal.
El 12 de diciembre de 2011, la policía asesinó a dos normalistas: Gabriel Echeverría de Jesús, quien estudiaba educación física, y Jorge Alexis Herrera Pino, que cursaba educación primaria.
Ambos participaban en el bloqueo de una carretera, en protesta por la reducción del presupuesto de la escuela. También fue herido gravemente Édgar David Espíritu Olmedo, mientras 24 estudiantes más resultaron heridos y golpeados.
“Ayotzinapa está de pie. Se levantó en movimiento para luchar y exigir justicia. La excelencia académica que buscamos no puede estar condicionada a la sumisión política”, afirmó entonces en un comunicado la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México.
No hubo sanción para los responsables de las muertes.
Casi tres años después, cuando se preparaban para viajar a Ciudad de México, a fin de asistir a la conmemoración del aniversario de la matanza de estudiantes en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, los normalistas fueron emboscados por policías municipales y los detenidos, según las investigaciones y los testimonios, entregados a un grupo criminal para el que trabajaba el alcalde.
Hasta ahora,  43 normalistas siguen desaparecidos.

Ejemplos de enfrentamientos y acosos 
~Tres años después de que los pobladores amenazaran con quemar vivos a los policías que intentaron desalojar la Normal Rural Luis Villarreal, en Hidalgo, los normalistas perdieron el sistema de internado y aceptaron un “receso” en las inscripciones. En 2005, donde estuvo la escuela se inauguró una universidad politécnica. Un artífice del desmantelamiento fue el exgobernador Miguel Ángel Osorio Chong, actual secretario (ministro) de Gobernación.
~En 2007, el entonces gobernador panista del estado de Jalisco, Emilio González Márquez, entregó 5.2 millones de dólares, equivalentes a 10 años de presupuesto de la Normal Rural Miguel Hidalgo, a Televisa, el gigante de medios mexicano, para organizar un encuentro estudiantil, justo cuando el deterioro de las instalaciones eléctricas del internado provocó un incendio en la escuela. Ante las protestas, Alejandra Javier Jacuinde, quien era directora general de Normales de la Secretaría de Educación de Jalisco, dijo que la formación de los alumnos ya no era “una obligación”.
~En septiembre de 2008, el entonces gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, amagó con desaparecer la Normal Lázaro Cárdenas del Río. Un helicóptero de la Dirección de Seguridad Pública del estado sobrevoló la escuela con el objetivo para fotografiar y filmar la organización de los estudiantes y la Procuraduría de Justicia inició 14 averiguaciones contra los estudiantes que protestaban. Habitantes de cinco pueblos y una ciudad se movilizaron para defender a los jóvenes.




jueves, 9 de octubre de 2014

Rouseff and Neves for Brazil's presidency(1)

Marina Silva (center) was defeated in Brazil's first round of presidential elections. 
 The dream of electing Brazil’s first black president, an environmental activist from the Amazon jungle, lasted only 40 days and was frustrated in Sunday’s elections. In the end, it is the two parties that have dominated Brazilian politics for the last 20 years that will face off in the second round of voting on Oct. 26.
Former environment minister Marina Silva, who was briefly the frontrunner in the polls after she was named presidential candidate by the Brazilian Socialist Party (PSB) on Aug. 16, saw her popularity plunge in the last three weeks. She came in third, with 21 percent of the vote.
Aecio Neves of the Brazilian Social Democracy Party (PSDB), which governed Brazil from 1995 to 2003 under former president Fernando Henrique Cardoso, and President Dilma Rousseff of the Workers’ Party (PT), garnered 33.5 and 41.6 percent of the vote, respectively.
Improvisation, a result of her sudden designation as candidate and the diverse coalition that backed her up, headed by the party that thrust her into the race, may have contributed to her failure and makes the political future of the black former Amazon activist unclear.
If projections are borne out, the economy will be the central focus of the new campaign, which will be the sixth time since 1994 that the PSDB and the PT, both of which have a social democratic orientation, face off at the polls.
But in elections characterized by sudden shifts, such as Silva’s rise and fall, a new surprise could come from a scandal at Brazil’s state-run oil giant Petrobras, involving billions of dollars in kickbacks over the last decade.
During part of that period, Rousseff chaired the Petrobras board.
The investigation is in the hands of the police and the legal authorities. But the names of some politicians and companies implicated in the scandal have been leaked to the press.
The fear, especially in the government, is that other information will come to light.
The opposition criticizes the current administration for what it calls errors in the management of the economy, which it says have led to the current stagnation, high inflation, fiscal deterioration and imbalances in the external accounts.
But Rousseff, for her part, can point to the low unemployment rate – just five percent in August – the result of the generation of millions of jobs during the nearly 12 years of PT government, as well as the progress made in income distribution and poverty reduction.
The results of the Oct. 5 elections also reflect a geographically and socially polarized country. In the industrialized south and the state of São Paulo in particular, the strong desire to unseat the PT gave rise to a “useful vote” cast by many who, as they saw Silva’s popularity decline, threw their support behind Neves. In the state of São Paulo, Neves took 44 percent of the vote, compared to Rousseff’s 22 percent.
The PT’s strongest backing is in the impoverished Northeast, which has only slightly more voters than São Paulo. The president took nearly 60 percent of the vote in the Northeast, Brazil’s poorest region. The country thus remains ideologically divided, since the first victory by former president Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011).
Please read Brazil, page 2. 

Rouseff and Neves for Brazil's presidency(2)


Aecio Neves and Brazil's President Dilma Rousseff.
Brazil, page 2. 
The two rivals are now both hoping to win the support of Silva and the coalition that backed her, headed by the socialists, which could be decisive in the runoff.
The difference between the moderate left-wing Rousseff and the business-friendly centrist Neves in the first round was 8.37 million votes, while Silva took 22.17 million votes.
What is still unclear is the direction that will be taken by the heterogeneous coalition headed by the PSB. In 2010, when the environmentalist ran for president as the Green Party (PV) candidate, she won 19.3 percent of the vote and remained neutral during the campaign for the runoff between candidates of the same two parties as today.
But the situation was very different back then. Silva presented herself as a third alternative, criticizing the polarization between the PT and the PSDB, and setting forth her own proposals.
Dissatisfied with the PV, she abandoned the Greens to create the Sustainability Network, aimed at promoting socioenvironmental sustainability and a new way of doing politics.
But her group did not achieve the necessary 492,000 signatures to become a political party because the electoral court failed to validate 95,000 signatures. Silva then decided to join the PSB, which named her vice presidential candidate on the ticket led by socialist leader Eduardo Campos.
However, Campos died in a plane crash on Aug. 13 and Silva replaced him as presidential candidate. Seen as the leader who best represented the widespread discontent that fueled the June 2013 nationwide protests, her popularity soared, until she was ahead of Rousseff in the opinion polls.
But the future of Silva, who took only two percentage points more of the vote than in the 2010 elections, is now cloudy. Her political and personal weaknesses were revealed by the harassment from her opponents, especially the Rousseff campaign, which mounted aggressive ad attacks against the other woman in the race.
For example, the PT charged that Silva would eliminate the Bolsa Familia program, which provides cash transfers to nearly 14 million poor households, would reduce investments in pre-salt oil fields exploration, and would hand power over to the bankers.
Under Brazil’s election laws, Silva’s team had just two minutes of electoral programming on nightly television – hardy enough time to defend herself from the allegations, let alone set forth her environmental proposals, which brought her international renown, or other attractive points on her platform, such as a “renewal of democracy”.
Because free electoral programming time in Brazil is proportionate to the parliamentary representation of each coalition, Rousseff had 11 minutes a day of broadcasting time.
For the second round, the time allotted is the same for both candidates: 10 minutes each.
But the ambiguous policy proposals and reversals that marked Silva’s campaign also hurt her image. She started out by reversing her stance just after the socialist party officially announced its support for same-sex marriage and other rights for homosexuals. She later fell into other contradictions regarding her record in the Senate.
Nor did Silva perform well in the televised debates.
It is not yet known whether she will stay with the PSB, which was left without a strong leader to hold it together, or will go it alone with her Sustainability Network. The socialists seem to be coming apart: some of the PSB’s leaders have already come out in favor of Neves, while others have ties to the governing PT.
On the economic front, Silva’s advisers are close to their counterparts in the PSDB, which would push her towards supporting that party’s candidate in the second round. To that is added the accusations by the PT, which include the label “neoliberal” because of Silva’s economic orientation.
Backing either of the two candidates still in the race would hurt her central stance, which is to lead a third route to overcome the polarization between the PT and the PSDB while renovating and cleaning up Brazilian politics.

sábado, 4 de octubre de 2014

Tlataya: Mexican soldiers are charged with killings

http://www.latimes.com/world/mexico-americas/la-fg-murder-charges-mexican-soldiers-questions-20141001-story.html

Anti-protest laws create conflicts in Mexico(1)

San Bernanrdino Chalchihuapan residents fought police about a roadblock.

People in the town of San Bernardino Chalchihuapan in the central Mexican state of Puebla found out the hard way that protesting can be deadly.

A new law passed in Puebla makes it possible for police to use firearms or deadly force to break up demonstrations.
Local inhabitants felt the impact of the measure during a harsh crackdown on a protest against another law that they say undermines their autonomy.
A dead 13-year-old boy, another who lost three fingers, a third with a broken jaw and teeth knocked out, a driver who lost an eye, and 37 others injured by beatings and tear gas were the price this Nahua indigenous town of 3,900 people paid for blocking a road to demand the repeal of a state law that transferred responsibility over civil registries from local community authorities to the municipalities.
“It’s not fair that they attack the people like this just because we are asking that our community life, our authorities, be respected,” said Vianey Varela, a first year high school student.
On Jul. 9, when local residents blocked the Puebla-Atlixco highway some 150 km from Mexico City, the state police first used the powers given to them by the Law to Protect Human Rights and Regulate the Legitimate Use of Force by the police, which the state legislature passed in May.
The “Ley Bala” or Bullet Law, as it was dubbed by journalists, allows Puebla state police to use firearms as well as “non-lethal weapons” to break up “violent” protests and during emergencies and natural disasters.
The roadblock was mounted to protest another state law approved in May, which took away from the local authorities the function of civil registry judges or clerks and put it in the hands of the municipal governments.
As a result, since May, in at least 190 villages and towns in the state, no one has been born, no one has died, and no one has been married – at least officially, because there are no records.
Javier Montes said that he became “presidente auxiliar”- a post just under mayor – of San Bernardino Chalchihuapan in May, but added that “I still haven’t signed a thing. The archives are in our care, but we don’t have stamps or the necessary papers. And in the municipal presidency [mayor’s office] they don’t know what to do, so in the meantime nothing is being registered.”
“We sent letters to all the authorities,” said Montes, who has received anonymous threats for speaking out. “They never responded. When the ink and paper ran out, and our fingers were worn out from so much typing, we went out to protest and this is what happened.”
The town is in the municipality of Ocoyucan and the local inhabitants belong to the Nahua indigenous community. According to the latest estimates by the government’s National Commission for the Development of Indigenous Peoples, the native population of Puebla is one million people – one quarter of the state’s total population. In Mexico’s municipalities there is a “presidente” or mayor, and “presidentes auxiliares”, who are the highest level authorities in the communities, many of which are remote and located far from the seat of the municipal government.

Read Puebla, page 2. 


Anti-protest laws create conflicts in Mexico(2)

Puebla Gov. Rafael Moreno Valle.
Puebla, page 2.
The presidentes auxiliares name the police chief and run the town. And up to May they were also the civil registry judges or clerks.
They are directly elected by local voters without participation by the political parties, and they tend to be highly respected local leaders who are close to the people.
In the Jul. 9 police crackdown, 13-year-old José Luis Alberto Tehuatlie was hit by a rubber bullet in the head and died after 10 days in coma. On Jul 16, a district judge in Puebla cancelled the Bullet Law, and said the excessive use of police force against civilians who protest in public is illegal.  
The Puebla state government initially denied that rubber bullets had been used. But the public outrage over the boy’s death forced National Action Party (PAN) Gov. Rafael Moreno to announce that he would also repeal the law.
Puebla is not the only place in Mexico where there have been attempts to regulate public protests. In the last year, the legislatures of five states have discussed similar bills.
The first was, paradoxically, the Federal District, in Mexico City, which has been governed by the leftwing Party of the Democratic Revolution (PRD) since 1997.
In the capital street protests are a daily occurrence, but since the very day that Enrique Peña Nieto was sworn in as president, on Dec. 1, 2012, demonstrations and marches have frequently turned violent.
A Federal District bill on public demonstrations, introduced in December 2013 by lawmakers from the rightwing PAN, failed to prosper.
In April, the southeastern state of Quintana Roo, ruled by the governing Institutional Revolutionary Party (PRI), became the first part of Mexico to regulate protests.
A state law, the “Ley de Ordenamiento Cívico”, known as the “anti-protest law,” is a toned-down version of another initiative that would have required demonstrators to apply for a permit to protest at least 48 hours ahead of time.
But the law maintains the ban on roadblocks and allows the police “to take pertinent measures” against demonstrators.
Other initiatives to regulate and allow the “legitimate use of force” have been adopted in the states of San Luis Potosí and Chiapas.
Global rights groups like Article 19 and Amnesty International have spoken out strongly against these laws aimed at regulating demonstrations, pointing to a worrisome tendency towards the criminalization of social protests in Mexico since 2012.
But the governmental National Human Rights Commission has failed to make use of its legal powers to promote legal action challenging the anti-protest initiatives as unconstitutional.
On the contrary, in October 2013 it recommended that the Senate amend Article 9 of the constitution referring to the freedom to hold public demonstrations and to the use of public force.
The Jul. 9 protest was not the first time rubber bullets have been used in Puebla.
Just hours before Tehuatlie’s death was confirmed, the Puebla state secretary of public security, Facundo Rosas, showed a document from the secretariat of national defense which indicated that the government had not purchased rubber bullets under the current administration.
However, in December 2011 the state human rights commission rebuked the Puebla police chief for the use of rubber bullets to evict local residents of the community of Ciénega Larga, when 70-year-old Artemia León was injured, as reported by the Eje Central online news site.
It became clear in conversations held with people in San Bernardino Chalchihuapan that they are very angry. Hundreds of people attended the boy’s funeral, on Jul. 22, where many of them called for the governor’s resignation.
“Why doesn’t he try the rubber bullets on his own kids,” said one man after the funeral, which was attended by some 40 “presidentes auxiliares” from other communities.
So far no one has been held accountable for the boy’s death.


Argentina: deuda odiosa o mala gestión(1)

Un protestante conta los "fondos buitre" en Cleveland, Ohio.

Argentina se enfrenta a Estados Unidos en la Corte Internacional de Justicia de La Haya porque un tribunal de Nueva York bloqueó el pago que el gobierno argentino acordó en 2005 y 2010 con la mayoría de sus acreedores, lo que resalta la necesidad de un mecanismo internacional para los países que caen en quiebra. 
Mejor aún sería un plan monetario mundial sostenible que evite la necesidad de la quiebra soberana.
Argentina cayó en un mar de deudas tras años de políticas económicas neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). La grave crisis de 2001 la arrojó a la mayor suspensión de pagos de una deuda soberana de la historia mundial.
En 2005 renegoció la deuda que mantenía con la mayoría de sus acreedores con un recorte de 70 por ciento, a la que siguió otra restructuración de los bonos argentinos en 2010. Pero los llamados fondos buitre, ultra especulativos, que habían adquirido los bonos argentinos a precios rebajados, reclamaron el pago integral.
El fondo Elliott Management, del estadounidense Paul Singer, pasó más de 10 años intentando que Argentina pagara casi 1,300 millones de dólares de bonos soberanos. Este fondo obtendría unos 300 millones de dólares por los títulos que, según el gobierno argentino, adquirió por 48 millones.
La mayoría de los acreedores aceptaron el pago con una pérdida de 70 por ciento, pero Elliott Management ganaría un beneficio de 600 por ciento sobre su inversión.
En junio de 2014, la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó la apelación a la orden de un tribunal de Nueva York, presidido por el juez Thomas Griesa, que bloqueó el pago de los demás acreedores hasta que los fondos buitre recibieran el suyo.
Ese dictamen llevó a Argentina, según algunas calificadoras de riesgo, a un nuevo impago, parcial, que sería el segundo de este siglo y el octavo desde 1827. Pero el gobierno de la presidenta Cristina Fernández niega  que tal default (suspensión de pagos) exista, dado que depositó los vencimientos de junio en un banco fiduciario y fue esa entidad la que no los entregó a los acreedores.
El 7 de agosto, Argentina solicitó a la Corte Internacional de Justicia de La Haya que tomara medidas contra Estados Unidos para dirimir la disputa.
¿Quién tiene la culpa? Los grandes medios financieros del mundo la atribuyen a la mala gestión fiscal de Argentina, pero Buenos Aires destaca su cumplimiento escrupuloso con todos los vencimientos de la deuda reestructurada.
La culpa radica más bien en los fondos buitre y el sistema judicial de Estados Unidos, que insisten en un pago exorbitante aunque eso signifique poner en peligro al mecanismo internacional de solución para los países insolventes.
Si los acreedores saben que unos pocos fondos buitre rebeldes son capaces de provocar la suspensión de pagos, es poco probable que lleguen a un acuerdo con otros países insolventes en el futuro. La culpa también yace con el FMI y el sistema bancario internacional por no proponer un mecanismo justo de solución para los países en quiebra.
Lea Fondos, parte 2.

Argentina: deuda odiosa o mala gestión(2)


El juez neoyorquinoThomas Griesa. 

Fondos, parte 2. 
Y en un nivel más fundamental, la culpa recae en un plan monetario mundial cuya base es la deuda y que obliga a la quiebra de algunos países como una necesidad matemática. Como en el juego de las sillas musicales, algunos jugadores deben quedar afuera.
La mayor parte del dinero actual entra en circulación como crédito o deuda bancaria. La deuda con intereses siempre crece más rápidamente que la oferta de dinero, ya que siempre se debe devolver más de lo que el préstamo original había generado. Nunca hay dinero suficiente para todos, a menos que se acreciente lo adeudado.
Como señala el economista Michael Hudson, el sobreendeudamiento crece exponencialmente hasta que el pago se hace imposible. El país se ve obligado al default.
¿Mala gestión fiscal o deuda odiosa?
Además de la imposibilidad del cumplimiento, existe otra defensa que Argentina podría argumentar ante la corte internacional: la “deuda odiosa”.
También denominada deuda ilegítima o execrable, esta teoría jurídica sostiene que la devolución de la deuda externa que un gobierno contrajo contra los intereses del país no debe ser exigible.
Varios países emplearon con éxito ese argumento, entre ellos Ecuador, cuando el presidente Rafael Correa declaró en diciembre de 2008 que la deuda ecuatoriana había sido contraída en el pasado por gobiernos corruptos y despóticos. El argumento de la deuda odiosa permitió que el país sudamericano redujera la suma adeudada en 70 por ciento.
En un artículo publicado en Global Research en noviembre de 2006, Adrián Salbuchi realizó una defensa similar de Argentina. Rastreó el origen de los problemas del país a 1976, cuando su deuda externa era un poco menos de 6,000 millones de dólares y representaba una pequeña parte del producto interno bruto (PIB).
El 24 de marzo de ese año una dictadura cívico-militar derrocó al gobierno elegido constitucionalmente de la presidenta María Estela (Isabel) Martínez de Perón y nombró ministro de Economía a José Martínez de Hoz, que tenía estrechos vínculos con poderosos intereses de la banca privada internacional.
Con el respaldo de la dictadura, Martínez de Hoz aplicó sistemáticamente políticas y leyes económicas y financieras de alto poder destructivo, especulativas, ilegítimas e incluso ilegales, que multiplicaron la deuda pública casi por ocho a 46.000 millones de dólares en unos pocos años.
Todo esto estuvo íntimamente vinculado a los intereses de los grandes círculos bancarios y petroleros internacionales que, en ese momento, necesitaban con urgencia reciclar enormes volúmenes de “petrodólares” generados por las crisis petroleras de 1973 y 1979.
Esos capitales no se invirtieron en la producción ni en la infraestructura industrial, sino que alimentaron la especulación en el mercado financiero argentino de los bancos y corredores locales e internacionales que aprovecharon las altísimas tasas de interés en pesos argentinos ligadas a un tipo de cambio del dólar a medio plazo estable y poco realista.
Salbuchi describe la posterior caída de Argentina en lo que se convirtió en una trampa de deuda por 200,000 millones de dólares, de la cual gran parte era “deuda odiosa” y no debería pagarse.
“Hacer que el Estado argentino – es decir, el pueblo de Argentina – soporte todo el peso de esta tormenta equivale al genocidio y el terrorismo financiero”, según Salbuchi.
“Argentina experimenta actualmente graves dificultades, con más de 50 por ciento de la población sumergida en la pobreza”, añade.
“El Derecho universal básico le otorga al pueblo argentino el derecho de defender legítimamente sus intereses frente a los diversos actores multinacionales y supranacionales que, abusando del enorme poder que ejercen, directa y/o indirectamente impusieron complejas acciones y estrategias que condujeron al problema de la deuda pública”, sostiene.