jueves, 11 de abril de 2013

Fallo manejo de catástrofe en Argentina(1)




Las intensas lluvias de los últimos días en Argentina, que dejaron al menos 57 personas muertas, pusieron al descubierto las debilidades del Estado para prevenir los impactos de eventos meteorológicos que se repiten cada vez con más frecuencia y virulencia.

Una sucesión de aguaceros se abatieron el lunes 1 sobre la ciudad de Buenos Aires, provocando el desborde de varios arroyos que costaron la vida a seis personas, y el martes 2 sobre La Plata, capital de la contigua provincia homónima, donde hasta ahora hay 51 muertes confirmadas. En ambos sitios los daños y pérdidas materiales son cuantiosos. 

En La Plata, distante 50 kilómetros de la capital federal, quedó anegado casi todo el casco urbano, y numerosas calles devinieron en verdaderos ríos. En algunos barrios el nivel del agua llegó a dos metros, cubriendo automóviles y las plantas bajas de las viviendas.
 

Ante el desastre en ambos distritos, las miradas se posaron en los mecanismos de emergencia y atención social.
 

En 1999, cuando ya comenzaban a ser más frecuentes las inundaciones, se creó el Sistema Federal de Emergencias (Sifem), que no es un organismo ad hoc sino un esquema de organización de las entidades públicas ante desastres, según las consultas realizadas.
 

Cinco años después, los expertos ya advertían falencias. Ruth Zagalsky, la licenciada en ciencias geológicas de la estatal Universidad de Buenos Aires que había hecho aquella evaluación, dijo que "esa sigue siendo hoy la triste realidad".
 

"Las áreas que debería manejar el Sifem fueron quedando sumergidas en la administración pública, donde no se puede resolver. Se requiere de un interés político muy fuerte para que esto sea efectivo", explicó.
 

Para crear el Sifem, añadió, se trabajó junto a funcionarios de la estadounidense Agencia Federal para el Manejo de Emergencias,(FEMA) pero luego no se hicieron planes de acción, salvo contra incendios forestales, donde el programa funciona "muy bien".
 

"Lo más importante de un plan, que es la prevención, es lo que no se hace", sostuvo, pero se observa una gran "falta de coordinación general" entre las jurisdicciones nacional, provincial y municipal para mitigar impactos.
 

Como resultado, los desastres se magnifican y fuerzan al Estado, en sus diferentes jurisdicciones, a invertir fuertes sumas en rescates, asistencia humanitaria, subsidios, exención de impuestos y créditos blandos, entre otras múltiples erogaciones.
 

Esta vez las lluvias cayeron en días festivos, cuando funcionarios de primera línea estaban de vacaciones. Los equipos de crisis se organizaron tardíamente, y tres días después de la tragedia, la asistencia sigue demorada en algunos lugares tanto en Buenos Aires como en La Plata.
 

Silvia Gómez, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), dijo que ese organismo realizó un informe el 27 de marzo con el pronóstico para los días feriados que se extendieron del 28 de marzo al 2 de este mes.
 

Ese reporte, que se iba actualizando día a día, anticipó que entre lunes y martes podían ocurrir "lluvias fuertes, con abundante caída de agua" en la ciudad de Buenos Aires y en el centro y norte de la provincia vecina.
 


Por favor lea Catástrofe, Parte 2. 


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