viernes, 19 de abril de 2013

Drones con fines educativos, de investigación(1)



Empañados por el polémico uso que Estados Unidos les da en su "guerra al terrorismo", los "drones" (vehículos aéreos no tripulados) tienen un potencial casi ilimitado de usos en investigación científica.

La palabra inglesa "drones" se refiere a aviones teledirigidos, los mismos que Estados Unidos emplea, fuertemente armados, para asesinar a presuntos terroristas y que han causado muchas muertes civiles en Afganistán, Pakistán, Somalia y Yemen. 

Más de 40 países despliegan o fabrican estos dispositivos, según diversos informes consultados para una noticia. 

Pero con estos aviones y helicópteros autónomos se pueden trazar mapas, inspeccionar el fondo marino, medir la temperatura o los niveles de contaminación, monitorear fenómenos climáticos y vigilar zonas de alto riesgo o sitios arqueológicos. 

El mes pasado, la agencia espacial estadounidense NASA envió drones a inspeccionar la composición química de la fumarola del volcán Turrialba en Costa Rica. 

"La tecnología está surgiendo, apenas se dan las primeras aplicaciones. La misma sociedad ha aprendido a aceptar los drones más allá de los usos militares, pues se han visto sus diferentes usos. Solo es cuestión de tiempo" para que adquieran mayor desarrollo, dijo el mexicano Jordi Muñoz, fundador de la empresa 3D Robotics,  pionera en la fabricación de esos artefactos en México. 

Su historia es un parangón del surgimiento de esos aparatos, que empezó a producir con 500 dólares aportados por el físico estadounidense Chris Anderson en 2007. 

"Me los dio de pura confianza. Son los 500 dólares mejor invertidos de mi vida. Se me ocurrió construir un drone; desarrollaba el piloto automático y 'googleaba' buscando información cuando encontré un foro, me metí, me registré y vi que ponían cosas de drones hechos en casa", recordó Muñoz, quien está por graduarse de ingeniero en computación en la Universidad de California en Berkeley.

Anderson creó en 2007 el blog DIY (siglas inglesas de “hazlo tu mismo”) Drones, un foro para que aficionados intercambiaran experiencias, códigos electrónicos y mapas de componentes. 

"Empecé a poner videos, escribir códigos, documentaba y publicaba lo que hacía", relató Muñoz, cuyo trabajo captó la atención de Anderson, hasta enero editor jefe de la revista estadounidense Wired y ahora su socio en 3D Robotics. 

La empresa no vende aparatos para uso militar. Los diseños se hacen en la ciudad de San Diego, sudoeste de Estados Unidos, y el ensamblaje en Tijuana, norte de México. Recibe entre 100 y 150 pedidos diarios de clientes en Estados Unidos, Brasil, Gran Bretaña, Australia, Alemania, Israel y Japón. 

3D Robotics emplea a 60 personas y aspira a cerrar el año con 100. Desde su fundación, en 2009, ha vendido unos 10 millones de dólares y captó otros cinco millones de tres fondos estadounidenses que financian empresas tecnológicas. 

"En 2013 queremos profesionalizar todos los productos; ha habido avances enormes, ya todo es muy simplificado, queremos hacer del drone el objeto más fácil de usar. Pero necesitamos ingenieros para escribir códigos, para manufactura", anticipó Muñoz. 

Al trabajar con el esquema de licencias abiertas, se construyó una red de ingenieros por todo el mundo que mejoran los códigos y así generan productos avanzados. 



Lea Drones, Parte 2.




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