domingo, 4 de marzo de 2012

G-20 no aprueba planes contra crisis globales(2)


Pero, precisamente, la pugna de Estados Unidos y otros países occidentales con Irán por su programa nuclear ha encarecido el petróleo, lo cual representa a su vez una amenaza para la alicaída economía mundial, en puertas de una nueva recesión, según subrayaron especialistas financieros al comentar el encuentro del G-20.

Además, los delegados solicitarán a organismos como el Banco Mundial y las Naciones Unidas la elaboración de un informe que presente al grupo diferentes opciones para insertar políticas de crecimiento verde y desarrollo sustentable en sus "agendas de reformas estructurales".

Mientras la UE quiere que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aporte más dinero para ese fin, naciones emergentes, como México y Brasil, plantean contraprestaciones para que eso se haga.

El encuentro de ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales evidenció las diferencias dentro del G-20 frente a los paquetes financieros destinados a encarar la crisis mundial.

Pero durante los dos días de reunión en México no quedó claro qué puede ofrecer la UE a cambio de más aportes del FMI, dirigido por la francesa Christine Lagarde, además de acelerar las lentas reformas de ese organismo y del Banco Mundial.

"Continuaremos con el proceso de revisión de la fórmula que determina las cuotas del Fondo, para que estas reflejen adecuadamente el peso relativo de las economías dentro del sistema global", sostuvo el secretario (ministro) mexicano de Finanzas, José Meade, al concluir el encuentro.

Las naciones emergentes quieren que el bloque europeo instaure más barreras financieras o "cortafuegos" para que la crisis no se propague, como ocurrió en 2008 cuando comenzó en Estados Unidos una crisis que después se extendió mundialmente.

El nuevo paquete anticrisis estará sobre la mesa de debate en la reunión conjunta de la primavera (boreal) del FMI y el Banco Mundial, que tiene lugar habitual en abril en Washington.

Entonces, los representantes del G-20 volverán a verse las caras para definir los montos de los aportes destinados a conjurar una crisis que ahora irradia desde la UE.

Hasta ahora, la llamada eurozona ha ofrecido un aporte al FMI por unos 200,000 millones de dólares, pero el organismo retruca que necesita al menos unos 500,000 millones para encarar los efectos de la crisis.

"Hay un entendimiento amplio de que los cortafuegos tienen que ser fortalecidos para lograr estabilidad financiera. Creemos que los recursos del FMI deben asegurarse pronto. Acordamos con el FMI que los retos no se limitan a Europa y por eso creemos que debe haber cortafuegos efectivos", planteó Vestager.

Para Ramírez, de El Barzón, los resultados de la cita de Ciudad de México pueden ser un anticipo de lo que ocurrirá en junio en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno.

"La reunión va por una senda diferente a las resoluciones que tomamos (dentro de la sociedad civil). Está totalmente ausente de nuestros planteamientos y tememos que lo esté en los resultados de la cumbre del G-20", remarcó el activista.

En Los Cabos, según la agenda prevista, los gobernantes del grupo abordarán en junio políticas contra la crisis financiera, la seguridad alimentaria, el crecimiento verde y la lucha contra el cambio climático y otros asuntos.

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