viernes, 30 de enero de 2015

Muerte de fiscal enturbia democracia argentina(2)


Residentes de Buenos Aires se lanzaron a las calles en pro de esclarecer la muerte del fiscal Alberto Nisman. 
Nisman, Página 2. 
“La causa AMIA tiene un problema originario: con Carlos Menem de presidente (1989-1999). El estado no investigó a fondo el atentado en los primeros días, y además las complicidades por negocios laterales de las fuerzas de seguridad dificultaron una pesquisa seria”, reflexionó Granovsky.
La presidenta planteó esa hipótesis, en su primer pronunciamiento sobre la muerte del fiscal, a través de Facebook, al subrayar que ocurrió “sugestivamente”, cuando está a punto de iniciarse el juicio por el encubrimiento del atentado, en el que están involucrados Menem, y un extitular de inteligencia, entre otros.
“Queremos saber qué hecho o que sector mafioso llevó al señor fiscal Nisman a tomar la determinación que tomó”, enfatizó el presidente de la Cámara de Diputados,  Julián Domínguez, del gobernante Frente para la Victoria.
“Tenemos la certeza que hay sectores de la inteligencia, último reducto donde aún no ha podido llegar la democratización, que buscan crear síntomas de inestabilidad y presionar a jueces”, continuó.
En diciembre, el gobierno destituyó como director de operaciones de la Secretaría de Inteligencia a Antonio “Jaime” Stiuso.
Eran notorios los vínculos entre Stiuso y Nisman y, según trascendidos gubernamentales, habría sido el ex-espia quien hizo volver anticipadamente, en medio del descanso judicial, al fiscal de sus vacaciones en Europa, para presentar la denuncia, que iba a detallar en el parlamento el lunes 19.
Nisman fue nombrado como fiscal especial de la causa por el fallecido presidente Néstor Kirchner (2003-2007), antecesor y marido de la presidenta, recordó el diputado Néstor Pitrola, del Partido Obrero, que integra el opositor Frente de Izquierda. Pero “un giro político colocó una guerra interna en la justicia y en los aparatos de inteligencia”, dijo.
Para Pitrola la muerte del fiscal puso en evidencia un “Estado de inteligencia dentro del Estado”.
 “Tres semanas antes de esta denuncia de Nisman se descabezaron los servicios de inteligencia, en beneficio de una nueva camarilla de inteligencia, que comanda (César) Milani, un represor de la dictadura cuestionado en la justicia”, aseguró.
Atilio Borón, exsecretario del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, opinó que esta muerte perjudica especialmente al gobierno, el principal interesado en probar la inconsistencia de las pruebas de Nisman,  en un año con elecciones presidenciales y legislativas.
“Era un hombre que estaba muy entremezclado con los servicios, gente con la cual no se juega. No se juega con la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos), no se juega con la Mossad (servicio secreto israelí). Recibía instrucciones de ellos, están los cables de Wikileaks, que no han sido nunca desmentidos”, recordó.
Para Borón, tampoco hay que descartar  el contexto internacional  “de lo que algunos llaman la Gran Guerra de Occidente contra el Islam”.
En esa línea, el periodista del opositor diario Clarín, Gustavo Sierra, se refirió a “especulaciones de la inteligencia internacional”, sobre el papel que agentes iraníes o sus aliados pudieran haber tenido en la muerte “inducida” del fiscal, porque perjudicaría sus intereses.
“¿Pudo la inteligencia iraní haber inducido al suicidio de Nisman a través de la amenaza de que iban a matar a una de sus hijas que vive en Europa? ¿Tenían alguna información demasiado comprometedora que involucraba al fiscal? ¿Lograron penetrar la barrera de seguridad de la torre de Puerto Madero con algún agente que haya conseguido disimular el suicidio sin ser detectado?”, se preguntó.
La trama es demasiado compleja y ni el misterio que la originó ha sido resuelto: quién fue el responsable del atentado más grave sufrido por Argentina, en una historia que Fernández  calificó como  “demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida”.

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