viernes, 1 de junio de 2012

Ley protege a enfermos mentales en Argentina(1)



Con paso lento y fuerte resistencia, avanza en Argentina un nuevo plan de salud mental que contempla internaciones breves, menos hospitales psiquiátricos y más servicios para la integración social de los pacientes. De este modo quedará atrás el histórico trato inhumano en este ámbito.

Argentina ratificó en los últimos cuatro años la Convención de las Naciones Unidas sobre Derechos de las Personas con Discapacidad y sancionó una ley de salud mental adecuada a esa normativa que considera a los pacientes como sujetos de derechos. 

No obstante, su implementación está trabada. "Algunas prácticas se modifican en forma aislada, pero cambios institucionales concretos aún no hay", dijo la psicóloga Macarena Sabin Paz, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). 

Este centro especializado formó parte
del colectivo de organizaciones defensoras de los derechos humanos que promovió la sanción de la nueva ley en 2010. Tres años antes había publicado el informe "Vidas arrasadas", en el que se denunciaba el trato inhumano que recibían unos 25,000 pacientes institucionalizados en el país. 

Según esa investigación, 80 por ciento de los enfermos internados lo estaban desde hacía más de un año, y entre 60 y 90 por ciento de ellos eran considerados "pacientes sociales", o sin acceso a alternativas de reinserción en la sociedad. 

Con la ratificación de la Convención y la aprobación de la ley, el CELS "vislumbró un cambio", según admite en su informe anual de 2011. Por el momento estos expertos solo ven una gran brecha entre la norma y la realidad. 

"Las graves violaciones a los derechos humanos de las personas que atraviesan algún padecimiento mental persisten", dice el último reporte. Denuncia que los más vulnerables siguen siendo los internados en asilos psiquiátricos. 

Sabin Paz explicó que tanto en
Buenos Aires como en la central provincia homónima, donde se aloja la mayoría de los pacientes del país, "se sobreactúa la aplicación de la nueva ley con un aumento de altas en el área de enfermos crónicos". 

La maniobra apunta a mostrar que el llamado proceso de "desmanicomialización" está en marcha. Pero sin instituciones intermedias donde derivarlos, muchos de los dados de alta recaen y vuelven a ser hospitalizados en otros servicios, indicó. 

"Es la puerta giratoria de los psiquiátricos. Baja el número de camas ocupadas en el área de crónicos y hay sobrepoblación en admisión donde son sobremedicados para volverlos a una supuesta normalidad", denuncia Sabin Paz. 

En este aspecto, el mayor retroceso se produce en la capital. 

La representante socialista Virginia González Gass, presidenta de la Comisión de Salud Mental de la legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, dijo que la situación "es desastrosa" y que muchos de los pacientes externados van a vivir a hogares de personas sin techo. 

"No hay casas de medio camino ni programas de acercamiento familiar o de reinserción laboral. Los pacientes, sin ninguna contención, terminan en hogares donde no hay ni siquiera un médico clínico que los visite", dijo. 

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