martes, 19 de abril de 2016

Tres miradas sobre la política de drogas en EU(2)


Autobuses de la Caravana por la Paz y Justicia en rumbo a los Estados Unidos.
Narcóticos, Página 2.
Sin embargo, advierte que de quedarse ahí, esas políticas serán benéficas solo para las clases medias, altas, blancas, privilegiadas, sin romper con las dinámicas de desigualdad que han generado violencia y marginación en las comunidades pobres.
“Lo que hay ahora (en Estados Unidos) son soluciones que tienen que ver con el derecho de clases medias y altas al consumo. En ese sentido el panorama no es el mejor”, argumenta Castillo.
“Las soluciones de regularización y legalización regionales no van a tener impacto en la vida de las comunidades, solo tenemos ciertos focos donde ciertas clases van a acceder al consumo y donde el resto de las poblaciones van a seguir sufriendo el impacto”, explica.
Por ello, aduce, “se necesita cambiar el enfoque, a uno de salud pública, libertades individuales y atacar las causas estructurales de desigualdad. Mientras haya comunidades pobres va a haber industria que saque ventaja de ello”.

2) Por una regularización con usos médicos
El obispo Martín Barahona subió a la Caravana por la Paz en su país natal, El Salvador, un país que inició 2016 con 23 homicidios diarios.
Lo hizo convencido de que la guerra contra las drogas es una excusa para justificar el armamentismo y militarización de los países de la región centroamericana.
Y también de que las principales víctimas son los jóvenes que viven la violencia de pertenecer o no a una pandilla, la violencia de la policía que persigue y la violencia de no tener acceso a sus derechos.
Para este obispo emérito de la Iglesia Anglicana, una propuesta es la regularización de las drogas para fines de salud.
“Venimos con la propuesta de una regularización de las sustancias psicoactivas, pero no con una visión punitiva sino de salud pública. Regularización en condiciones de que las drogas puedan ser usadas para tratamientos de medicina, con fines de salud, terapéutico, que esté a la mano de quien lo necesita, no de quien lo puede comprar”, explica.

3) Necesario, el combate a la impunidad
Vitalino Similoux Salazar, secretario general del consejo ecuménico cristiano de Guatemala, plantea la urgencia de fortalecer el estado de derecho y el sistema de justicia en los países latinoamericanos, a la par de la discusión del combate contra las drogas.
“Se empieza a hablar sobre la despenalización, la legalización, pero esto debe hacerse desde un tratamiento integral al tema, pero sobre todo políticas públicas que atiendan a las comunidades históricamente castigadas, como en Guatemala que han sido los migrantes”, dice.
Vitalino, quien ha escrito varios libros sobre los pueblos indígenas de su país, dice que la política prohibicionista de las drogas del gobierno de Estados Unidos, ha impactado en el ataque al derecho de los pueblos a migrar.
“El impacto es la militarización de la sociedad, la violación a los derechos humanos, lo que hemos visto en Guatemala es un impacto gravísimo en las familias migrantes, a ellas les ha tocado contener la violencia de la guerra contra las drogas, son atascados, agredidos y se les impide su derecho a migrar con el pretexto de detener el flujo de armas y drogas”, aduce.
“En lo personal, no creo en la legalización, para nosotros es un tema integral: educativo, informativo, fortalecimiento del estado de derecho y justicia. Sin eso, no podemos esperar resultados de otras políticas regulatorias o legalizatorias”, concluye.

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