viernes, 19 de diciembre de 2014

Crisis del ébola acerca a Estados Unidos y Cuba(1)

Médicos cubanos en albergues para personas con ébola en Africa.
¿Cuándo fue la última vez que un alto funcionario de Estados Unidos elogió a  Cuba públicamente? ¿Y desde cuándo el gobierno cubano se ofrece a cooperar con los estadounidenses?
Es raro que los políticos de estos dos países se desvíen de la sospecha y la intransigencia que han impedido la colaboración productiva entre ambos durante más de medio siglo, desde que Estados Unidos impuso un embargo comercial, económico y financiero a Cuba en 1960, poco después de que Fidel Castro llegara al poder en la isla caribeña en 1959.
Y eso es precisamente lo que sucedió en las últimas semanas, cuando el secretario de Estado, John Kerry, y la embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas, Samantha Power, hablaron a favor de la intervención médica de Cuba en África occidental, y el presidente cubano, Raúl Castro, y su antecesor Fidel Castro expresaron su voluntad de cooperar con los esfuerzos estadounidenses para frenar la epidemia de ébola que se desató en diciembre de 2013 en la región.
El ébola causó más de 6,.000 muertes en África occidental hasta la fecha y generó el temor del resto del mundo, por lo que tiene pocos elementos positivos. Pero uno de ellos puede ser la oportunidad de cambiar la naturaleza de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, para el bien general.
No desperdicien la oportunidad
“Uno nunca quiere que las crisis graves se desperdicien”, llegó a decir el actual alcalde de Chicago, Rahm Emanuel. “Con eso me refiero a una oportunidad de hacer cosas que pensabas que no podías hacer antes”, añadió.
El presidente estadounidense, Barack Obama, debería prestarle atención a su exjefe de gabinete y no desperdiciar la oportunidad que presenta la crisis del ébola.
Los dirigentes políticos de la Casa Blanca, en Washington, y del Palacio de la Revolución, en La Habana, podrían transformar la lucha contra una amenaza en común en una cooperación conjunta que no solo promueva los intereses nacionales de ambos países, sino que también signifique un avance de los derechos humanos en el Sur en desarrollo, ya que el derecho a la salud es un derecho humano.
Las condiciones políticas están dadas. Los estadounidenses respaldan con firmeza las medidas enérgicas contra el ébola y elogiarían a un presidente que hiciera más hincapié en la cooperación médica y en salvar vidas que en la ideología y el resentimiento.
En el sexto de una serie de editoriales que sostienen la necesidad de un cambio en la política de Washington hacia Cuba, el diario “The New York Times" pidió a Obama que deje de aplicar una política que facilita la deserción a Estados unidos de los médicos cubanos que prestan asistencia médica en servicios en el exterior, por su naturaleza hostil y su impacto negativo en las poblaciones que reciben el apoyo y la atención de los profesionales cubanos en África, América Latina y Asia.
“Es incongruente que Estados Unidos valore la contribución de los médicos cubanos que son enviados por su gobierno a ayudar en las crisis internacionales, como el terremoto de Haití de 2010, mientras que trabaja para subvertir a ese gobierno al facilitar tanto la deserción”, señaló el editorial. Se debe enfatizar y no obstaculizar el fomento de los aportes médicos cubanos, agregó.
A medida que se conoce más sobre las gestiones sanitarias de Cuba en el plano internacional se hace menos razonable que Washington presuponga que toda la presencia cubana en el mundo en desarrollo sea perjudicial para los intereses estadounidenses.
La apertura constante a la cooperación bilateral con Cuba de parte de instituciones de salud gubernamentales, el sector privado y fundaciones con sede en Estados Unidos puede desencadenar dinámicas positivas para actualizar la política de Washington hacia La Habana. También enviará una señal más amigable a la reforma económica y la liberalización política en la isla.
Lea Beneficio, Página 2

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