martes, 4 de febrero de 2014

Malos abogados dañan a migrantes en EU, sur(2)

Humberto, página 2. 

Varios años pasaron, y a mediados del 2008, le llegó un citatorio por correo para presentarse ante un juez de inmigración, quién le explicó no existen leyes que le permitieran aplicar por su residencia legal. Le dió una orden de deportación voluntaria.

“Entonces me escondí, ignoré esa orden, y seguí trabajando. En ese entonces manejaba un camión de carga en Nevada”, dijo Humberto.

Casi dos años más tarde, policías de inmigración fueron a las oficinas de su trabajo en Las Vegas, lo detuvieron y lo echaron a México. Estuvo algunos días en la frontera, llamó a su esposa y le explicó lo ocurrido. Con la ayuda de un “coyote”, cruzó la frontera indocumentado, volvió a Las Vegas y se quedó algunos meses mientras se alistaban para  llevarse las posesiones que pudieran, a sus niños y la camioneta a Colima.

Perdieron 10 años de inversión en la hipoteca y el enganche de la casa, la que fue reposeida por un banco. Humberto estima que ahí perdió unos $100,000 dólares.
                                            
Nueva vida, a duras penas 
Hoy Humberto trabaja como chofer de pasajeros en la compañía Autotransportes Costamar, y maneja entre otras, una ruta de Guadalajara a Colima. Pero la felonia que le acusan conlleva cárcel de tres meses, y una multa de unos $10,000 dólares, más intereses acumulados desde el 2010. Humberto estima que debe pagar cerca de $200,000 pesos, o unos $18,500 dólares solo por el delito del carro americano sin licencia.

“Me están imputando cargos que son falsos, sólo porque piensan que traté de evadir la ley. Ahora hasta el fisco me está decomisando casi el 100% de mi cheque para pagar ese delito”, dijo Humberto, quién llevaba gafas negras mientras conducia el autobús rumbo a Guadalajara. “Es injusto, porque fuí mal aconsejado desde un principio”.

Ahora otro mejor abogador ha logrado le permitan a Humberto seguir trabajando y en libertad. Sin embargo, el ex-migrante reconoce que tuvo culpa al manejar ebrio y andar por un camino federal  en un carro sin permiso de importación en su tierra natal.

“Cometí un gran error, pero espero este abogado, u otro mejor me ayuden a salir de estos problemas. Tenía poco tiempo de haber llegado de Estados Unidos acá, y comenzaba a rehacer mi vida. Me confié y algunas cosas me valieron. Ahora lo que importa es conseguir buenos abogados dondequiera uno se encuentre”, consignó Humberto.




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