martes, 18 de junio de 2013

Aumentan protestas en Brasil(1)


A pocas horas del comienzo del torneo de fútbol Copa FIFA Confederaciones Brasil 2013, movilizaciones sociales que tomaron las calles de siete ciudades del país para protestar contra el aumento de las tarifas del transporte público fueron fuertemente reprimidas por la policía.
El motivo de las marchas, que en los últimos días protagonizaron miles de personas, fue el costo del pasaje de autobús urbano, que en São Paulo pasó de tres a 3,20 reales (de 1,40 a 1,50 dólares) y en Río de Janeiro de 2,75 a 2,95 reales (de 1,28 a 1,38 dólares).
Las mayores concentraciones tuvieron lugar en estas dos ciudades emblemáticas de Brasil. En la capital paulista, la primera marcha ocurrió el 6 de este mes y otra el jueves 13, organizadas por el Movimiento Pase Libre.
Las protestas estuvieron marcadas por la represión de la policía, que usó bombas de gas lacrimógeno, gas pimienta y balas de goma para intentar dispersarlas. Decenas de personas resultaron heridas por los disparos, mientras que más de 230 fueron detenidas.
También Río de Janeiro fue escenario de más de una protesta en la noche del jueves 13, tres días después de la primera realizada en la ciudad. Las autoridades policiales justificaron la represión en que se trató de controlar actos de vandalismo.
Para Amanda Castro, de 27 años y formada en relaciones internacionales, la protesta en Río fue una demostración de democracia.
“Estaban reunidos integrantes de varios movimientos, feministas, sin techo, además de jóvenes estudiantes, y la clase media también apoyó”, dijo Castro.
“Todo eso se despertó por el aumento de las tarifas de los autobuses, pero es una coyuntura política de aumento de los precios, de especulación, debido a los próximos encuentros deportivos, como son la Copa Mundial de la FIFA  (Federación Internacional del Fútbol Asociado), en 2014, y los Juegos Olímpicos de 2016”, añadió.
Castro acompañó toda la marcha, que se concentró al caer la noche en la católica Iglesia de la Candelaria, en la zona central de la ciudad, y siguió por una de las principales avenidas hasta la plaza de Cinelândia. Los manifestantes continuaron en dirección a la Asamblea Legislativa y siguieron rumbo a la estación de trenes Central do Brasil.
“Fue un movimiento pacífico, pero cuando estaba cerca de la Central ya había vándalos, la policía avanzó y comenzó la confusión. La policía empezó a correr encima de todo el mundo, lanzando gas lacrimógeno para dispersar. Tuve que huir, hasta respiré gas pimienta. Había clima de tensión”, recordó la joven.
Castro describió que había jóvenes vestidos de negro y encapuchados que incendiaron latas de basura.
“Era un grupo anarquista y punk que incendió basura y quedó fuera de control. Pero fueron excepciones, pequeños grupos de adolescentes que causaron confusión”, afirmó.
Para Castro, el aumento del precio del boleto fue apenas el disparador. Las masas fueron influenciadas por los recientes acontecimientos en Turquía, donde miles de personas protestaron en la plaza Taksim de Estambul,   inicialmente en defensa de uno de los pocos espacios verdes de la ciudad. Luego fueron cobrando un fuerte tinte político y de crítica a la falta de consulta popular y contra la violencia permitida por el gobierno. 

En Brasil, “las personas salieron a las calles para oponerse a ese modelo desarrollista que el gobierno predica”, y con los ejemplos de Turquía y de la Europa en crisis, “están viendo que es posible luchar y hacer historia”, sostuvo Castro.

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