Sostenidas por editores y lectores convencidos de que otra
comunicación es posible, las revistas independientes crecen y se fortalecen en
Argentina de la mano de un enfoque diferenciado a los grandes medios en
coberturas políticas, del quehacer cultural y en la defensa de derechos
diversos.
No se trata de emprendimientos vocacionales, que avanzan en los ratos libres del editor, sino de un sector económico pujante, con un número estimado total de 1,4 millones de lectores mensuales, que brinda empleo a pequeñas imprentas de todo el país.
Publicaciones como THC, Alternativa Teatral, El Ojo del Músico, Haciendo cine, La Garganta Poderosa, Clítoris, El Teje y Diario de Poesía son solo una pequeña muestra de la diversidad de la oferta.
No reciben subsidios estatales o del mundo empresarial y tienen poca publicidad. Prácticamente viven de la venta de cada ejemplar, un recurso olvidado por las revistas comerciales, devenidas en catálogos publicitarios que se contentan con ser exhibidos o con solo circular entre el público lector.
Desde 2011, la gran mayoría de estos medios están unidos en la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (Arecia) y reclaman discutir un proyecto de ley que contribuya a fortalecerlos como un sector sin fines de lucro pero sustentable.
"El propósito de la Asociación es mostrar que somos un sector económicamente activo, que ofrece condiciones dignas de empleo, que vive de la venta y paga en efectivo", dijo la periodista Claudia Acuña, presidenta de Arecia.
Acuña es editora de la revista independiente Mu, nacida al calor de la crisis económico-social de fines de 2001 en el marco de la cooperativa La Vaca, que hoy impulsa otros proyectos de comunicación alternativa.
La cooperativa brinda además cursos de capacitación en proyectos de autogestión, un servicio que no se brinda en las carreras de formación de periodista y que, según Acuña, representa un vacío en los programas de estudio.
Un censo realizado por Arecia en octubre indicó que existen en Argentina 241 revistas culturales independientes, 95 por ciento de las cuales se publican en papel y el resto solo en Internet.
El fenómeno no está acotado a Buenos Aires, tanto es así que 48 por ciento de las publicaciones surgieron en el interior del país y responden a intereses locales.
Los editores reunidos en Arecia lograron suscribir convenios con el correo postal para la distribución y resistieron múltiples intentos de las revistas comerciales por eliminarlos de los canales de distribución y de venta, fijándoles nuevos costos.
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