Para el campeonato mundial de la FIFA de 2002, Televisa registró ventas por 437 millones de dólares, que para la siguiente competición de Alemania en 2006 bajaron a 400 millones, según estadísticas del banco español Santander.
A su vez, TV Azteca ganó 25 millones de dólares por la transmisión del torneo escenificado en las dos naciones asiáticas, sin que haya un dato preciso para Alemania 2006.
En México, Televisa posee los equipos de fútbol América, que junto con las Chivas de la noroccidental ciudad de Guadalajara es el más popular del país, San Luis y Necaxa. Mientras, el Grupo Salinas, propietario de TV Azteca, es dueño del Monarcas Morelia, de la central ciudad homónima.
Ambas empresas negocian con otros equipos la transmisión exclusiva de los juegos que se realizan en sus canchas, lo que representa ingresos millonarios para esas franquicias deportivas.
Otra señal de paga, el canal TVC Deportes, propiedad de la empresa PCTV, exhibirá 30 partidos a disputarse en Sudáfrica hasta el 11 de julio.
En México, con 107 millones de habitantes, existen más de siete millones de suscriptores a los servicios de televisión restringida, por cable y satelital, según datos de la gubernamental Comisión Federal de Telecomunicaciones.
El certamen deportivo le sirve también al poder político.
Entre 59 y 63 por ciento de los votantes en una encuesta del gobierno estuvieron de acuerdo con la posibilidad de que el presidente Felipe Calderón viaje al partido inaugural de la Copa del Mundo entre la escuadra mexicana y el cuadro local, al cual ya fue invitado por su homólogo sudafricano, Jacob Zuma.
Las televisoras generan "expectativas más allá de nuestra realidad, explotando la necesidad de la sociedad de tener válvulas de escape y destellos de alegría en medio de las dificultades cotidianas" y de tener "alicientes y estímulos para compensar la adversidad", según el comentarista Carlos Treviño.
Una encuesta reciente de la firma Consulta Mitofski concluyó que 84,7% de los entrevistados cree que México hará un mundial entre regular y bueno.
"El mexicano es muy apasionado por su selección. Es una reafirmación de ser mexicano, un factor de identidad que pasa por lo histórico y lo ritual", subrayó Zavalza.
Este país norteamericano ha participado en 13 competiciones mundialistas, en las cuales nunca superó los octavos de final, pese a que en dos oportunidades fue anfitrión del torneo: en 1970 cuando triunfó Brasil y en 1986 cuando resultó campeón Argentina.
Hasta ahora, su mayor éxito en estas lides fue el primer lugar en campeonato mundial de fútbol sub-17 organizado en Perú en 2005.
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