¿Cuál es la magnitud de la concentración de medios en América Latina?
MB: Más de 82 por ciento de todas las actividades de información y comunicación están en manos de los cuatro primeros operadores, que, como esto es un promedio, cambian de país en país. La influencia de estos actores es desmedida.
A esto hay que agregarle que en América Latina, con la excepción a medias de (la estatal) Televisión Nacional de Chile, no hay medios públicos al estilo de la BBC. En este panorama no hay un equilibrio, una fuerza pública que pueda compensar la influencia de los grandes medios comerciales.
Esto habla mucho de las sociedades desiguales que construimos en América Latina, el subcontinente más inequitativo del planeta. Yo creo que si no estuviera tan concentrada la palabra, la situación de desigualdad de América Latina sería más cuestionada.
Usted menciona la agenda democratizadora que se discute hoy en la región...
MB: Sí, es una agenda heterogénea, porque los gobiernos y los movimientos políticos y sociales que la impulsan son distintos entre sí. La experiencia de Evo Morales en Bolivia y de Rafael Correa en Ecuador es muy distinta a la de (Luiz Inácio) Lula da Silva en Brasil y de Tabaré Vásquez (2005-2010) en Uruguay.
Pero estas cuatro experiencias, y podríamos mencionar también a la argentina, tienen en común que por primera vez en esos países se cuestiona la concentración y se plantea que los sectores sociales sin ánimo de lucro tienen el mismo derecho a poseer licencias de radio y televisión. Esta es una gran novedad.
¿Cómo analiza la situación de países como Argentina y Venezuela, cuyos gobiernos denuncian que los grandes medios actúan como verdaderos partidos de oposición?
MB: La situación es muy distinta. En Venezuela está la ley Resorte (Responsabilidad Social en Radio y Televisión) del (presidente Hugo) Chávez, con la cual estoy en desacuerdo porque se mete con los contenidos. La ley argentina, no, es muy liberal en cuanto a los contenidos, cada cual puede decir lo que quiere.
Hay muy pocos periodos en la historia argentina donde uno pueda encontrar reacciones tan duras del sistema de medios contra los presidentes. Esto significa que libertad de medios en Argentina hay.
En mi país los medios reaccionan mal, y es muy ineficaz periodísticamente porque reaccionan como partido político y rompen lo que (el intelectual argentino) Eliseo Verón llama el "contrato de lectura", la relación entre el diario y sus lectores.
jueves, 27 de mayo de 2010
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