domingo, 25 de julio de 2010

Avances especiales en educación en Cuba(1)

La vida de centenares de niños con diversos grados de invalidez psico-motora en La Habana, Cuba dio un giro de 180 grados luego de pasar por la Escuela de Educación Especial Solidaridad con Panamá, creada hace más de 12 años.

"Queremos que se reconozcan a sí mismos tal como son y aprendan a autovalorarse. La autoestima es muy importante en ellos para que puedan integrarse socialmente", explicó Esther María LA O Ochoa, directora del establecimiento casi desde su fundación en 1989.

Desde entonces, 422 niñas y niños discapacitados salieron de la escuela y actualmente trabajan o continúan sus estudios en alguna institución del sistema normal de enseñanza, incluida la Universidad.

"Verónica, una joven parapléjica, hace todo con la boca y eso no le impide que estudie derecho en la Universidad, porque es muy inteligente. Nueve jóvenes salidos de aquí pudieron continuar estudios superiores", relató María LA O Ochoa.

La directora rechazó las críticas respecto de que un centro especial como el que dirige segrega a los niños con limitaciones físico-motoras.

"Por el contrario, nosotros no negamos la integración y buscamos que ese alumno sepa valerse por sí mismo y esté preparado psicológicamente para ir a una escuela común", añadió.

Mabel Cedeño, de 14 años, tendra que usar toda su vida una silla de ruedas, debido a una osteogénesis imperfecta, enfermedad congénita que le impide crecer y mantiene sus frágiles huesos en peligro permanente de fractura.

Ella es una de las que pronto dejará la escuela que la ha acogido por más de ocho años para continuar estudios en un establecimiento de la enseñanza regular.

"Quiero ser instructora de arte y hacer mis prácticas aquí mismo. Este mes doy examen de ingreso para seguir esa carrera", dijo Cedeño en Abril de este año.

La escuela Solidaridad con Panamá alberga en la actualidad a 160 alumnos, 16 de los cuales en régimen de seminternado (duermen en sus casas), atendidos por 141 trabajadores, entre docentes, personal técnico, de servicio y administrativo.

En Cuba hay más de 55,000 niños, niñas y adolescentes que reciben educación especial en los 428 establecimientos que disponen de personal capacitado y equipamiento para ayudarles a superar sus dificultades.

Pequeños con retraso mental, sordos e hipoacúsicos, ciegos o débiles visuales, trastornos del lenguaje, limitaciones físico- motoras, autismo y otras discapacidades, reciben adiestramiento en esos centros educativos.

En esta área de la enseñanza trabajan más de 21,000 personas, entre las que se cuentan 14,400 profesores capacitados en las distintas disciplinas de educación especial. En ese marco, casi 500 maestros atienden a más de 1,200 menores que no pueden acudir a un centro educacional.

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