Médicos cubanos en albergues para personas con ébola en Africa. |
¿Cuándo fue la última vez que un alto funcionario de
Estados Unidos elogió a Cuba públicamente? ¿Y desde cuándo el gobierno
cubano se ofrece a cooperar con los estadounidenses?
Es raro que los políticos de estos dos países
se desvíen de la sospecha y la intransigencia que han impedido la colaboración
productiva entre ambos durante más de medio siglo, desde que Estados Unidos
impuso un embargo comercial, económico y financiero a Cuba en 1960, poco
después de que Fidel Castro llegara al poder en la isla caribeña en 1959.
Y eso es precisamente lo que sucedió en las
últimas semanas, cuando el secretario de Estado, John Kerry, y la embajadora
estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas, Samantha Power,
hablaron a favor de la intervención médica de Cuba en África occidental, y el
presidente cubano, Raúl Castro, y su antecesor Fidel Castro expresaron su
voluntad de cooperar con los esfuerzos estadounidenses para frenar la epidemia
de ébola que se desató en diciembre de 2013 en la región.
El ébola causó más de 6,.000 muertes en África
occidental hasta la fecha y generó el temor del resto del mundo, por lo que
tiene pocos elementos positivos. Pero uno de ellos puede ser la oportunidad de
cambiar la naturaleza de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, para el
bien general.
No desperdicien la
oportunidad
“Uno nunca quiere que
las crisis graves se desperdicien”, llegó a decir el actual alcalde de Chicago,
Rahm Emanuel. “Con eso me refiero a una oportunidad de hacer cosas que pensabas
que no podías hacer antes”, añadió.
El presidente
estadounidense, Barack Obama, debería prestarle atención a su exjefe de
gabinete y no desperdiciar la oportunidad que presenta la crisis del ébola.
Los dirigentes políticos de la Casa Blanca, en
Washington, y del Palacio de la Revolución, en La Habana, podrían transformar
la lucha contra una amenaza en común en una cooperación conjunta que no solo
promueva los intereses nacionales de ambos países, sino que también signifique
un avance de los derechos humanos en el Sur en desarrollo, ya que el derecho a
la salud es un derecho humano.
Las condiciones políticas están dadas. Los
estadounidenses respaldan con firmeza las medidas enérgicas contra el ébola y
elogiarían a un presidente que hiciera más hincapié en la cooperación médica y
en salvar vidas que en la ideología y el resentimiento.
En el sexto de una serie de editoriales que
sostienen la necesidad de un cambio en la política de Washington hacia Cuba, el
diario “The New York Times" pidió a Obama que deje de aplicar una política que
facilita la deserción a Estados unidos de los médicos cubanos que prestan
asistencia médica en servicios en el exterior, por su naturaleza hostil y su
impacto negativo en las poblaciones que reciben el apoyo y la atención de los
profesionales cubanos en África, América Latina y Asia.
“Es incongruente que Estados Unidos valore la
contribución de los médicos cubanos que son enviados por su gobierno a ayudar
en las crisis internacionales, como el terremoto de Haití de 2010, mientras que
trabaja para subvertir a ese gobierno al facilitar tanto la deserción”, señaló
el editorial. Se debe enfatizar y no obstaculizar el fomento de los aportes
médicos cubanos, agregó.
A medida que se conoce más sobre las gestiones
sanitarias de Cuba en el plano internacional se hace menos razonable que
Washington presuponga que toda la presencia cubana en el mundo en desarrollo
sea perjudicial para los intereses estadounidenses.
La apertura constante a la cooperación
bilateral con Cuba de parte de instituciones de salud gubernamentales, el
sector privado y fundaciones con sede en Estados Unidos puede desencadenar
dinámicas positivas para actualizar la política de Washington hacia La Habana.
También enviará una señal más amigable a la reforma económica y la
liberalización política en la isla.
Lea Beneficio, Página 2
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