Las cortes de EU han defendido a los inversionistas "buitres" |
El supuesto “default” argentino, un caso inédito en el
capitalismo mundial, sienta un precedente jurídico, político y financiero, que
insta a medidas concretas, sobre el tenue límite entre lo legal, lo ético y lo
delictivo de la usura en los negocios.
La discusión enfrenta a actores diversos.
Desde los que desde los sectores financieros ortodoxos, consideran que al
incumplir la sentencia del juez estadounidense Thomas Griesa, Argentina entró
en suspensión de pagos (default, en inglés), a los que sostienen que honró sus
pagos, y que es ajena a que los fondos lleguen a su destino.
“Impedir que alguien pague no es default”, planteó la presidenta Cristina
Fernández en cadena nacional la noche del 31 de julio, tras una fracasada
reunión con los llamados fondos buitres, los altamente especulativos, para
destrabar el conflicto.
“Ahora inventaron una nueva: el default
selectivo. No existe. Impedir que alguien cobre no es default. Les dije que
iban a tener que inventar una palabra”, ironizó.
El 30 de julio, en una reunión en Nueva York
con funcionarios argentinos, el mediador puesto por el tribunal de su Distrito
Sur, Daniel Pollack, rechazó la nueva oferta de canje de la deuda externa
argentina, que entró en impago en 2001, por unos 100,000 millones de dólares.
Se ofrecían condiciones similares a los que
aceptaron 92.4 por ciento de los tenedores de bonos de la deuda en default,
durante los canjes que se negociaron en 2005, durante la Presidencia del
fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y en 2010, ya con su sucesora Fernández
en el gobierno.
Ese día vencía el plazo para acreditar en las
cuentas de esos tenedores, llamados bonistas en Argentina, el depósito de una
cuota de 539 millones de dólares, que el gobierno hizo para el vencimiento del
30 de junio en el Bank of New York (BoNY) y que se paralizó por mandato de
Griesa.
“Desafortunadamente no hubo arreglo y
Argentina entrará inminentemente en default”, comunicó Pollack. “El default no
es solamente un tecnicismo. Es un evento real y doloroso que dañará a la
gente”, amenazó. Durante una audiencia en el tribunal el viernes 1 de Agosto,
la parte argentina trató sin éxito que el juez lo removiese como mediador por
esas expresiones.
Algunas calificadoras de riesgo colocaron ya
la deuda argentina en “default selectivo”, mientras que el juez evitó la
palabra durante esa audiencia, aunque dijo que “lo que está claro es que no
hubo pagos”.
“Se habla de engendros: default técnico,
default Griesa. Griefault. Nadie sabe caracterizarlo porque es nuevo, sostuvo
el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof.
Alejandro Drucaroff, un abogado especialista
en bancos y finanzas, recordó que los canjes aceptados por casi todos los
acreedores “implicaron quitas de capital e intereses muy importantes y la
aceptación por los bonistas de plazos muy largos para el pago”. A cambio,
Argentina les ha abonado puntualmente hasta ahora, enfatizó.
El resto, en inglés “holdouts”, solo 7.6 por
ciento del total, no aceptó. Algunos vendieron sus títulos impagos a fondos
buitres, los altamente especulativos, cuyo negocio es comprar bonos ‘basura’
para después tratar de recuperar en la justicia 100 por ciento del valor
nominal.
Griesa inició en 2003 el juicio contra Argentina,
a demanda de dos de esos fondos, con uno por ciento de la deuda original. En
2012, el juez ordenó pagarles al contado 100 por ciento del valor más
intereses, lo que suma 1,500 millones de dólares.
El 16 de junio, la Corte Suprema de Estados
Unidos avaló ese fallo, que también prohibía que Argentina pagase la deuda
reestructurada si no hacía lo mismo con los demandantes.
Lea Fondos Buitre, página 2.