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viernes, 7 de febrero de 2014
martes, 4 de febrero de 2014
Malos abogados dañan a migrantes en EU, sur(1)
Por Alfredo Santana
Abogados defraudadores aprovechan la desesperación que lleva a migrantes como Humberto a que los
deporten después de haber trabajado e
invertido muchos años en los Estados Unidos.
Pero una segunda dosis de malpractica legal de otro abogado,
esta vez en su natal Colima, un pequeño estado ubicado a unos 350 kilómetros al
sur de Guadalajara, México, lo tienen al borde del abismo financiero y
criminal.
Después que lo echaron de Estados Unidos por haber aplicado
por un programa de legalización para el que no calificó, cometió un error vial
al ser detenido y encarcelado por policías federales mexicanos al manejar ebrio
con la única posesión personal importante que logró llevarse: una Chevrolet
Suburban 2010.
El incidente ocurrió un viernes por la noche en octubre del 2010. Durmió
un fin de semana en la prisión, y fue liberado condicionalmente dos días después,
gracias a un nefasto abogado que Humberto llama “de oficio”.
Sucede que su abogado nunca le dijo necesitaba comparecer en
la corte una vez por semana por un año consecutivo para que le retiraran los
cargos de conducir “en estado de ebriedad”, y manejar un automotor sin permiso
de importación.
Ahora fiscales federales mexicanos lo acusan de una felonia de
contrabando de autos importados.
De norte a sur
De norte a sur
La saga de Humberto comenzó hace 16 años, en las ciudades
estadounidenses de Los Angeles y Las Vegas, mientras trabajó como constructor y
chofer de camiones de carga. Fue en 1994 cuando emigró indocumentado a los
Estados Unidos, y decidió establecerse en Los Angeles.
“Trabajé muchos años en la construcción de casas y
apartamentos”, dijo Humberto, quién declinó dar su apellido por tener
litigación pendiente en México en contra suya. “Me casé con una mexicana y tuvimos dos hijos en Estados Unidos”.
Durante esos años, cuando el periodo de expansión económica
parecía interminable, Humberto y su esposa decidieron comprar una casa en Las
Vegas, a pesar de no tener documentos legales de residencia. El trabajo era
duro, pero los salarios eran buenos.
Sin embargo los años pasaban, y la desesperación hacía presa de él
por su limbo migratorio.
“Resulta que al tiempo que me mudé a Las Vegas, alguien me
dijo de un abogado en Los Angeles que nos garantizaba nuestro caso se podría
arreglar por el tiempo, o por lo años que habiamos vivido en el país. Lo visité
y comenzamos el trámite oficial. Por desgracia, pasó el tiempo, y llegó un momento
en que lo visitaba cada dos o tres semanas y sólo nos sacaba de dos mil a tres
mil dólares cada vez, y nos decía que el caso iba bien”, dijo Humberto.
Lea Humberto, página 2.
Malos abogados dañan a migrantes en EU, sur(2)
Humberto, página 2.
Varios años pasaron, y a mediados del 2008, le llegó un citatorio
por correo para presentarse ante un juez de inmigración, quién le explicó no
existen leyes que le permitieran aplicar por su residencia legal. Le dió una
orden de deportación voluntaria.
“Entonces me escondí, ignoré esa orden, y seguí trabajando. En ese
entonces manejaba un camión de carga en Nevada”, dijo Humberto.
Casi dos años más tarde, policías de inmigración fueron a las
oficinas de su trabajo en Las Vegas, lo detuvieron y lo echaron a México.
Estuvo algunos días en la frontera, llamó a su esposa y le explicó lo ocurrido.
Con la ayuda de un “coyote”, cruzó la frontera indocumentado, volvió a Las
Vegas y se quedó algunos meses mientras se alistaban para llevarse las
posesiones que pudieran, a sus niños y la camioneta a Colima.
Perdieron 10 años de inversión en la hipoteca y el enganche de la
casa, la que fue reposeida por un banco. Humberto estima que ahí perdió
unos $100,000 dólares.
Hoy Humberto trabaja como chofer de pasajeros en la compañía
Autotransportes Costamar, y maneja entre otras, una ruta de Guadalajara a
Colima. Pero la felonia que le acusan conlleva cárcel de tres meses, y una
multa de unos $10,000 dólares, más intereses acumulados desde el 2010. Humberto
estima que debe pagar cerca de $200,000 pesos, o unos $18,500 dólares solo por
el delito del carro americano sin licencia.
“Me están imputando cargos que son falsos, sólo porque piensan que
traté de evadir la ley. Ahora hasta el fisco me está decomisando casi el 100%
de mi cheque para pagar ese delito”, dijo Humberto, quién llevaba gafas negras
mientras conducia el autobús rumbo a Guadalajara. “Es injusto, porque fuí mal
aconsejado desde un principio”.
Ahora otro mejor abogador ha logrado le permitan a Humberto
seguir trabajando y en libertad. Sin embargo, el ex-migrante reconoce que tuvo
culpa al manejar ebrio y andar por un camino federal en un carro sin
permiso de importación en su tierra natal.
“Cometí un gran error, pero espero este abogado, u otro mejor me
ayuden a salir de estos problemas. Tenía poco tiempo de haber llegado de
Estados Unidos acá, y comenzaba a rehacer mi vida. Me confié y algunas cosas me
valieron. Ahora lo que importa es conseguir buenos abogados dondequiera uno se
encuentre”, consignó Humberto.
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