La emblemática condena a prisión perpetua dictada este miércoles por la justicia Argentina al ex dictador Jorge Rafael Videla marcó el fin de un año signado por la aceleración de los procesos contra jefes y represores de la última dictadura.
"Desde las dos condenas que hubo en 2006 hasta el número inédito de este año, que estará alrededor de 150, para nosotros éste fue el año de los juicios", dijo Lorena Balardini, del no gubernamental Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Esta organización humanitaria especializada en cuestiones jurídicas sigue de cerca los procesos legales sobre los crímenes dictatoriales perpetrados entre 1976 y 1983, pero es también querellante en diversas causas y patrocinante de muchos de los sobrevivientes de los campos de concentración y familiares de detenidos-desparecidos.
Videla fue sentenciado en esta oportunidad por las torturas y el fusilamiento de 31 presos políticos en 1976 en la Unidad Penitenciaria San Martín, de la central provincia de Córdoba. También recibió prisión perpetua por los mismos cargos Luciano Benjamín Menéndez, quien era entonces comandante del III Cuerpo de Ejército, con asiento en ese distrito.
Por unanimidad, el tribunal federal oral que los juzgó consideró que los delitos de imposición de tormentos y homicidios fueron agravados por la condición de perseguidos políticos de las víctimas. Ordenó, además, que Videla sea recluido en una cárcel común.
De este modo, Videla recibe la segunda condena a prisión perpetua. La primera fue en 1985 en el juicio a los jefes de la dictadura, aunque cinco años después el entonces presidente Carlos Menem (1989-1999) lo indultó junto a otros militares y civiles condenados.
Pero estuvo en libertad por poco tiempo. En 1998 volvió a quedar detenido, esta vez en su domicilio, acusado de apropiación de menores, y en 2008, cuando ya había sumado varias causas en su contra, la justicia ordenó su traslado a un penal en Campo de Mayo, un cuartel de Buenos Aires.
El ex hombre fuerte de la dictadura, que encabezó el golpe de Estado que derrocó el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón (1973-1976), dijo en su alegato que, con este juicio, "la Constitución Nacional guarda luto por la república desaparecida".
"No fue una guerra sucia sino una guerra justa en la que salvamos al país de los ‘jóvenes idealistas’ que quisieron imponer una cultura ajena a nuestro tradicional estilo de vida, occidental y cristiano", justificó.
Menéndez en cambio, quien también gozó del indulto, volvió a ser juzgado y desde 2008 lleva ya cinco condenas a reclusión perpetua.
Antes de escuchar su sentencia, Menéndez también justificó su actuación. "Los argentinos sufrimos el asalto de los subversivos marxistas que por orden y cuenta de la Unión Soviética y de Cuba se proponían someter a nuestro país", dijo.
Según su argumento, las personas que fueron víctimas de la dictadura pretendían que los argentinos "dejáramos de ser libres para pensar, expresarnos o poseer bienes, y todo sería manejado por un Estado totalitario".
Con Videla sentado cerca suyo y asintiendo con la cabeza, Menéndez, de 83 años, se jactó de que el régimen que integró hizo en poco tiempo lo que a Colombia le está llevando 60 años, en alusión al conflicto armado interno de ese país. Agregó que Argentina es "el primer país de la historia y del mundo que juzga a sus soldados victoriosos".
En este mismo juicio, que culminó este miércoles en medio del júbilo y la emoción de un numeroso público ubicado dentro y fuera del recinto del tribunal, fueron también condenados a prisión perpetua 14 uniformados más, y a penas de entre seis y 14 años de cárcel a otros siete, entre ellos una mujer policía, mientras que fueron absueltos por no contar con pruebas suficientes siete acusados.
sábado, 1 de enero de 2011
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