viernes, 19 de junio de 2015

La soja crea coyuntura económica en Argentina(2)

Una vez que la soja se siembra, los genes modificados se injertan en las tierras.
Soja, Página 2

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Argentina tiene todavía disponible para cultivar 14.4 por ciento de su territorio, casi una hectárea por  habitante.
Por eso, para Toledo la seguridad alimentaria y la soja “van por carriles separados”.
La cuestión es si “están brindando a los productores, básicamente pequeños y medianos, mejores condiciones para que diversifiquen su producción”, subrayó.
Seguridad alimentaria
Para fortalecer el sector, el gobierno de Cristina Fernández, creó en 2008  la ahora llamada Secretaría de Agricultura Familiar y Desarrollo Rural.

El 20 de enero se promulgó además una ley, cuyo título es una declaración de intenciones: “Reparación histórica de la agricultura familiar para la construcción de una nueva ruralidad en Argentina”, y que la califica de “interés público”  por su contribución a la seguridad y soberanía alimentaria.

Cifras del gubernamental Registro Nacional de Agricultura Familiar indican que el sector representa 20 por ciento del PIB agropecuario y de las tierras cultivadas, 65 por ciento de los productores y 53 por ciento del empleo rural. Además, aporta más de 70 por ciento de los alimentos consumidos en el país.
Pero 66 por ciento de estos productores viven en pobreza, puntualiza la FAO.
Entre los objetivos de la Secretaría está el revertir la migración a las ciudades, creando un millón de unidades agropecuarias, que englobarían a cinco millones de personas.
“Necesitamos 50 años de un proceso de inversión en el sector agropecuario para recuperar todo lo que se destruyó”, declaró su titular, Emilio Pérsico.
Pero Pérsico considera que “el tema no es la soja, es el agronegocio”.
“Los conflictos más importantes que tenemos no son con la soja. En Santiago (del Estero) tenemos problemas con ganaderos, en Río Negro con los productores de alfalfa, en Misiones con los exportadores de pinos, en Mendoza con los productores de vino”, ejemplificó el funcionario, citando diversas provincias.
Miguel Fernández, presidente del Foro Nacional de Agricultura Familiar, menciona otras causas del éxodo como la deforestación (parcialmente impulsada por la soja), el cambio climático (que con inundaciones y sequías extremas castiga a los campesinos pobres), y los meganegocios inmobiliarios, turísticos y agropecuarios.
“Nos están achicando las posibilidades de producir más o de ser dueños de la tierra. Nos fueron corriendo a los pequeños los que tienen plata (dinero), como si fuéramos perros, arrinconándonos”, se lamentó.
Para revertir el proceso, aseguró Vicente, habrá que combatir otras cuestiones esenciales como el monopolio de las empresas transnacionales de las semillas de los cultivos transgénicos o como estos “desplazan y contaminan a otros cultivos”.
“Estos agroquímicos y semillas, van dejando los suelos devastados. Nos preocupa que tengamos el suelo pero que después no podamos producir”, concluyó Fernández
La soja en cifras 
Argentina es el primer exportador mundial de aceites y de harinas de soja y el tercer exportador de grano.

Con 31 millones de hectáreas cultivadas, el país ocupa el décimo lugar en producción después de Estados Unidos (162.7 millones de hectáreas), India (157.9 millones), Rusia (121.7 millones), China (109.9 millones), Brasil (61 millones), Australia (47.1 millones), Canadá (45.1 millones), Nigeria (34 millones), y Ucrania (32.4 millones) según reportan Acsoja y la FAO.


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