domingo, 14 de octubre de 2012

Debate presidencial debe incluir cambio climático(1)



Por Alfredo Santana

Barack Obama debe tratar el tema del cambio climático en este país y en el planeta en sus dos siguientes debates presidenciales contra el republicano Mitt Romney, ya que ignorarlo dejará muestras de descuido e ignorancia en áreas urbanas y en paises que ya sufren cambios radicales en sus ecosistemas.

El sitio de internet Care2.com ha recabado más de 17,000 firmas para instar que el presidente Obama y Romney incluyan en sus confrontaciones propuestas para reducir el uso excesivo de gasolinas, hacer mejor frente a incendios forestales y sequías nunca vistas en los Estados Unidos, y proponer el uso de mejores energías alternativas, o “verdes”.

El presidente Obama, siendo el líder del país más industrializado del planeta, tiene la responsabilidad de promover agendas nacionales y globales que fortifiquen los conceptos de uso de menos hidrocarburos, y materias que no dañen la capa de ozono, las que están causando estragos en nuestra tierra más rápido de lo pensado por muchos cientificos internacionales.

De igual forma, Obama puede anotar puntos a favor al desnudar las posibles carencias de un plan congruente de su oponente al negar el calentamiento global, y la tendencia de Romney a establecer programas, normas y leyes que favorezcan el movimiento de corporaciones y fabricas sin medir el daño de contaminantes que estas arrojan a la atmósfera, como en China y México.

Corporaciones globales, al reubicarse de país, obtienen permisos y leyes especiales otorgados por las naciones huéspedes, arrazan con recursos naturales vírgenes, o solo usados por sus habitantes, para ensamblar o fabricar objectos que se exportan a Estados Unidos, Europa, Japón y regiones industrializadas.

En ciudades como Los Angeles, donde yo vivo, las estaciones de verano y los otoños en los ứltimos cinco años se han caracterizado por ser extremadamente calientes, y por tener días de arriba de 100 grados Farenheit, o unos 40 grados centígrados entre octubre y noviembre.

Recuerdo bien que en los 1990s los veranos, si bien eran cálidos, no se sentían tan extremos, y solían guardar los tiempos de entre junio a septiembre. Esa norma climática parece ya no ser.

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