viernes, 31 de agosto de 2012

Mứsico pro Obama merece trato digno(2)


Personalmente, Cornell es uno de mis mứsicos predilectos, y creo tiene mucho valor en brindar su apoyo al presidente, lo que implica riesgos en un campo donde lo logrado en líricas y mứsica se basa en experiencias propias, hablan de derrotas personales y raramente culpan a políticas por ello.

Creo que las pólizas de los presidentes demócratas tienden a ser mejores para el beneficio social en general, aunque esta vez, por haber heredado ‘La Gran Depresión’, los rescates financieros a bancos y corporaciones automotrices y la lenta recuperación de la economía le han garantizado a Obama enfado y hastío de muchos que lo apoyaron en el 2008.

En este 2012, buen rock and roll es difícil conseguir en tiempos donde reina lo comercial, mundano y lo que deja dinero rápido a radiodifusoras y disqueras, qué ahora venden más mứsica digital que CDs. Cornell tiene fama de ser un artista creativo distante a las influencias corporativas de la industria, quien gusta de ser rodeado por mứsicos que comparten su filosofía.

Cornell no es una estrellita efimera que busca fama o placer momentaneo, pueril o fugaz. Es un artista del género grunge, que surgió en un campo durisimo al comienzo de los 1990s, lleno de adversidades, donde solo los persistentes lograron grabaciones, se sobrepusieron a hambres, armaron presupuestos propios para lograr conciertos, y gastaron en gasolina y vehículos para transladarse de una ciudad a otra.

Cornell también fue vocalista del grupo Audioslave, ganó un Grammy en 1990 y ha grabado por lo menos doce albumes como solista y en sus grupos.

Además, debió de sobreponerse al flajelo de las drogas. El fué adicto al PCP, un químico que fumado causa alucinaciones y es tóxico. En una entrevista en Details.com, Cornell menciona que por varios años tuvo que dejar su profesión para “limpiar” su cuerpo, y resarcirse de sus efectos. Ha tenido tres esposas, y hoy vive con la francesa Vicky Karayiannis, con quién tiene una niña.

Otros famosos rockanroleros Americanos, como Bruce Springsteen o Bon Jovi han realizado conciertos para apoyar causas de presidentes demócratas o republicanos, y sus persuaciones políticas han sido levemente cuestionadas, quiza porque eran tiempos menos hostiles. El caso de Cornell debería ser similar, aunque esta vez yo sí lo apoyo en su decisión. 

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