Pero, a su vez, la actividad económica
está ralentizada. En 2011, el crecimiento del
producto interno bruto fue de 8.7 por ciento, pero las proyecciones para este
año son de entre tres y cinco por ciento.
Esta desaceleración y el alza de precios generan inquietud en ámbitos laborales vinculados a la exportación,
Kritz advirtió que la división sindical no conviene a nadie. "Las empresas también prefieren negociar con una central única. Pero acá hubo un proceso de división que fue creciendo y terminamos ahora con cinco centrales sindicales", dijo.
Si bien las negociaciones salariales
en Argentina las lleva cada sindicato en particular por actividad, sin importar
a qué central está afiliado, la CGT es la única que puede discutir el salario
mínimo oficial con la representación patronal y el gobierno. A partir de ese
sueldo básico se hacen las tratativas en la industria privada.
El dirigente de los camioneros, Hugo Moyano, fue reelegido el jueves 12 como máximo dirigente de la CGT, pero en el marco de un congreso impugnado por el Ministerio de Trabajo y al que faltó una nutrida masa de delegados sindicales, muchos de ellos de suma importancia por su representatividad.
Moyano fue elegido en 2004 y en 2008, en momentos en que se manifestaba conforme con las políticasdel
gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007), fallecido en 2010, y luego de su
esposa, Fernández.
Pero en 2011, Moyano comenzó a distanciarse de este sector gobernante y perdió aliados suficientes para lograr un tercer período en la votación de este año de la CGT mayoritaria.
Hace tres semanas, el dirigente camionero realizó un acto en la Plaza de Mayo, el paseo situado frente a la sede del gobierno, al cual muchos delegados de la central optaron por no asistir en rechazo a su postura opositora a Fernández. No obstante, Moyano logró ser reelegido en un congreso sin rivales y con la notoria ausencia de delegados de al menos 100 sindicatos.
El grupo de sindicatos ausentes ya había decidido el 10 de Julio convocar a un comité de la CGT para agosto y a elecciones para renovar la dirigencia para el 3 de octubre.
Este grupo está encabezado por el líder metalúrgico Antonio Caló, favorito para ser elegidocomo secretario general
de la nueva facción de la CGT.
A estos dos sectores enfrentados se debe añadir un tercero, encabezado por el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo, quien se enfrentó a Moyano en la anterior elección de la CGT en 2008.
Barrionuevo se negó a competir con Moyano en esa oportunidad y creó la llamada CGT Azul y Blanco, que agrupa a un tercer abanico de sindicatos y que subsiste sin mayor gravitación en las discusiones con las patronales.
Las tres CGT reúnen a trabajadores que están en la economía formal, y por lo tanto registrados, con aportes a la seguridad social. En cambio, hay más de 30 por ciento de activos que se desempeñan fuera de ese mercado en condiciones precarias.
A pesar de sus reiterados reclamos ante la Organización Internacional del Trabajo, la CTA no tiene representación sindical por la existencia de una ley que impide la existencia de más de una central.
La CTA se diferencia de la CGT porque permite la libre afiliación y la elección directa de delegados. En cambio, la CGT exige que el trabajador se afilie a un solo sindicato que es el que reconoce la central por rama de actividad.
Otra diferencia es que solo la CTA acepta en sus filas a los trabajadores desocupados, que en los años 90 sumaron cientos de miles, a precarios y a los jubilados.
La CTA se fracturó tras una reñida votación entre dos candidatos. Ambos se adjudicaron el triunfo y es la justicia la que aún debe dirimir esa cuestión. Un sector acompaña las políticas de gobierno y el otro se opone.
El dirigente de los camioneros, Hugo Moyano, fue reelegido el jueves 12 como máximo dirigente de la CGT, pero en el marco de un congreso impugnado por el Ministerio de Trabajo y al que faltó una nutrida masa de delegados sindicales, muchos de ellos de suma importancia por su representatividad.
Moyano fue elegido en 2004 y en 2008, en momentos en que se manifestaba conforme con las políticas
Pero en 2011, Moyano comenzó a distanciarse de este sector gobernante y perdió aliados suficientes para lograr un tercer período en la votación de este año de la CGT mayoritaria.
Hace tres semanas, el dirigente camionero realizó un acto en la Plaza de Mayo, el paseo situado frente a la sede del gobierno, al cual muchos delegados de la central optaron por no asistir en rechazo a su postura opositora a Fernández. No obstante, Moyano logró ser reelegido en un congreso sin rivales y con la notoria ausencia de delegados de al menos 100 sindicatos.
El grupo de sindicatos ausentes ya había decidido el 10 de Julio convocar a un comité de la CGT para agosto y a elecciones para renovar la dirigencia para el 3 de octubre.
Este grupo está encabezado por el líder metalúrgico Antonio Caló, favorito para ser elegido
A estos dos sectores enfrentados se debe añadir un tercero, encabezado por el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo, quien se enfrentó a Moyano en la anterior elección de la CGT en 2008.
Barrionuevo se negó a competir con Moyano en esa oportunidad y creó la llamada CGT Azul y Blanco, que agrupa a un tercer abanico de sindicatos y que subsiste sin mayor gravitación en las discusiones con las patronales.
Las tres CGT reúnen a trabajadores que están en la economía formal, y por lo tanto registrados, con aportes a la seguridad social. En cambio, hay más de 30 por ciento de activos que se desempeñan fuera de ese mercado en condiciones precarias.
A pesar de sus reiterados reclamos ante la Organización Internacional del Trabajo, la CTA no tiene representación sindical por la existencia de una ley que impide la existencia de más de una central.
La CTA se diferencia de la CGT porque permite la libre afiliación y la elección directa de delegados. En cambio, la CGT exige que el trabajador se afilie a un solo sindicato que es el que reconoce la central por rama de actividad.
Otra diferencia es que solo la CTA acepta en sus filas a los trabajadores desocupados, que en los años 90 sumaron cientos de miles, a precarios y a los jubilados.
La CTA se fracturó tras una reñida votación entre dos candidatos. Ambos se adjudicaron el triunfo y es la justicia la que aún debe dirimir esa cuestión. Un sector acompaña las políticas de gobierno y el otro se opone.
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